"Sin ofender, pero me parece que se esta subestimando a la poblacion mundial. Si el mustang es una porquería, alguien creería que millones de personas comprarian ese auto por mero marketing/publicidad?"
YO.


Luego:
"El Mustang es un auto de la Ostia y no tiene comparacion con el torino. El torino sera muy lindo, argentino, lo amo (de hecho tengo 2) y toda la bola, pero un mustang es un mustang. No tiene nada que ver una cosa con otra. "
Vamos a recurrir a una tercera opinión. Es más. Vamos a buscar alguien que no sea argentino, para tener mayor objetividad.
"CAPITULO VIII:"Nada había sido en vano", por Roberto CAROZZO. En Buenos Aires, al atardecer del miércoles 20 de agosto.
Nürburgring vivía la primera hora de la madrugada. Argentina vivía la primera hora de la esperanza. A través de la radio, el ronroneo de los motores preanunciaba el momento de la largada...en ese instante, las manecillas del reloj del tiempo detuvieron su andar y comenzaron a retroceder. Del 19 de agosto de 1969, mi pensamiento retrocedió al 14 de febrero de 1968, y se instaló en el 10º piso del Hotel BRISTOL, frente al puerto del principado de Mónaco, para repasar fotográficamente lo que podría llamarse el "arranque", la primera contracción, aquello que es el anuncia de la llegada de algo nuevo...
En una mesa estábamos Oreste BERTA, su esposa, Héctor Luis GRADASSI, Bernard TRAMONT y yo. Era el primer almuerzo tranquilo luego de experimentar durante cuatro días consecutivos las posibilidades del Torino 380W en uno de los recorridos del Rally de Montecarlo. En otra, pegada a la nuestra, el equipo Citröen tomaba su último almuerzo "civil". Esa noche Lucien BIANCHI, Jean Claude OGGIER, Robert NEYRET, la señorita POINTET y sus navegantes, se lanzarían en una aventura de 5 días.
Bernard TRAMONT, francés de nacimiento, con 4 años de residencia en España, comenzó a darles impresiones de nuestro auto argentino. Los franceses se quedaron maravillados con el tiempo que GRADASSI, había empleado en el tramo cronometrado de Pont-des-Miolans. Su interés, despertó el mío, y previa consulta con BERTA, les ofrecimos el Torino para que lo probasen. OGGIER y POINTET recogieron el guante...
La pista de prueba, fueron los caminos de cornisa que llevaban de NIZA a MENTON. OGGIER, aceleraba y desaceleraba, como queriéndose convencer de que a apesar de la desmultiplicación "larga", la aceleración del Torino no era un espejismo. La sorpresa se pintó aún más en su rostro cuando vió cómo doblaba el "gran auto" en el sinuoso. Cuando bajaron, agotadas ya todas las preguntas sobre las características del 380 W, me confiaron con una sonrisa:"Dígale al Presidente de IKA-RENAULT que si se corre el "Tour de L'argentina" nos gustaría hacerlo con un Torino. Es mucho más auto que el Mustang y aquí en Europa, podría andar muy bien. No creemos que el Rally de Montecarlo se le pueda extraer el máximo de rendimiento.." A la hora del té, el acompañante de Lucien BIANCHI, comentó: "yo estoy en la organización de la "Marathon de la Route". Esa es una carrera apropiada para estos autos. Si les interesa, les envío los reglamentos
"¡¡¡LARGARON!!!..." Las agujas marcaban las 20 hs en Argentina. En los entrenamientos nuestros pilotos habían buscado el límite hasta el límite mismo, tratando de girar en 12' y medio. La industria argentina, ya no era una palabra hueca para los oídos extranjeros. El Torino era una realidad que golpeaba en los relojes y en las planillas, para desconcierto de aquellos equipos europeos que habían tachado al "auto argentino" de la lista de "probables"...
Un abrazo.