Este fin de semana largo, me fui el sábado a la noche para allá, al Partido de la Costa, a los pagos del Tuyú, donde tengo antepasados desde hace más de un siglo, radicados y fundadores de todo aquello. Es un lugar que me atrae muchísimo. Añoro los tiempos en que con mi padrino Juan Manuel (oriundo de General Lavalle) me llevaba de compañero a su Chacra los fines de semana y ordeñábamos las vacas, juntábamos los choclos, en fin. Hacíamos esas tareas rurales que me resultan tan apasionantes. De allí que cuando voy para allá me aburro de la ruta, y como conozco un par de caminos alternativos a campo traviesa, por caminos vecinales, que otrora, décadas atrás, eran la única forma de llegar, suelo agarrarlos. Lo hacía con la "petrolera", y más ahora con la Duster. Ni en pedo lo haría con el Torino por el bajo despeje del auto, y dado que está más bien acomodado para disfrutar del curverío de la 11 que de estos caminos.
Bueno, acá viene la narración, que tiene por fin entretenerlos, y sacarlos un ratito del gran tema que nos ocupa, el Torino.
"Noche del jueves 19 de Junio del 2014. Rumbo a la costa con Rosana, "Flopy" y "Huguito". A bordo del Duster. Un vehículo que me viene demostrando su valía, no así quiénes lo atienden en los talleres oficiales de Renault DÍAZ. Salimos tarde, pasadas las 20:30 hs. El GPS programado para llegar a la YPF en Dolores, que indica horario de llegada 23:02. El ritmo hizo que bajáramos eso en 20'. Café con leche, té, dos tostados y alfajores. A seguir. Doblamos en la 63, y lo de costumbre en nuestros viajes: km. 18, a la derecha, derecho hasta Villa Roch, RP 11. Se ahorra un trecho, el camino es tierra negra bien mantenida y disfruto estar en medio del campo, cruzarnos con liebres, zorrinos, cuises, ñandúes, algún ciervo alguna vez y algunos caballos y vacunos pastando a los costados. Se cruza un puente sobre el arroyo Tordillo. Pero la noche traía una sorpresa bajo un hermoso manto de estrellas y un frío interesante. Noté de entrada que había marcas como de que había llovido y quedan esos pocitos, pero ya resecos. Raro porque siempre pasa la máquina y deja todo muy bien. He llegado a circular a 120 kph en ese trecho. Pero de repente veo que tengo que empezar a seguir una huella y volantear de un lado a otro. Enseguida recordé a papá con el Valiant III en el camino de Lavalle-Mar de Ajó, 40 años atrás. Bajaban los cambios en la Duster, hasta que tengo que bajar a 2° por un verdadero lodazal. Se plantó. No se movía. Adentro del auto, voy a buscar las botas de goma. No tenía a mano linterna (¡¡¡error!!!) y con las luces del auto, bajo a echar un vistazo, de lo poco que se podía ver en noche cerrada con la luna en cuarto creciente. Me costaba moverme en el fango. Uno pisaba y cuando volvía a levantar el pie, la bota pesaba dos toneladas por todo el barro pegado que tenía. Llego a dar una vuelta al auto, en ese caldo sumamente espeso. Me doy cuenta que la "panza" del SUV estaba apoyada en un manto de barro. Sabía que solo no lo sacaría. Rosana desesperada. Llamo a mi hermana, que estaba a algo más de 100 kms, pero que no podía venir en ese momento, y además debía conseguir al menos una buena soga. Intenté varias veces moverla, girando dirección, pero nada. Estaba colgado el diferencial. Rosana que me dice de llamar a la policía. Llamo al 911, me atienden y me "patean" a que hable con los del peaje. No me cerraba porque yo no estaba en la ruta. El peaje me patea a la policía. En fin...Mi hermana llama por mí al ACA. A todo esto hay que aclarar que el celular de Rosana ya no tenía batería. Debía administrar la que le quedaba al mío. Me llama el A.C.A. El operador promete ayuda en hora/hora y media. A la hora veo detrás la luz que se acercaba pero muy despacio. De repetente se notaba como que no se movía, a unos 300 mts. Me llama el operador. Me dice que el "mecánico" (yo creo que les queda enorme ese calificativo) no podía llegar porque él mismo se podía encajar. Es decir que "buenos noches. Mucha suerte, y que duerman con angelitos". Rosana desesperada. Pedía que nos fuéramos. Que hiciera algo. Que empujemos. Era todo imposible. Hago un último llamado al 911, le explico y el personal policial que me dice que no tienen doble tracción, es decir: los mismos deseos que el A.C.A. y su pseudo mecánico. Yo que le mandaba a Alejandra por Whatsapp una lista de elementos como para ayudar a sacar el auto de la situación, pero pensando ya en la mañana siguiente cuando saliera el sol. Pero todo en la más absoluta oscuridad. Quedaba esperar. Avisé que apagaba el celular, para conservar batería. Hay que destacar que no se veía una sola luz de casa alguna en los campos circundantes. Se veía a la distancia las luces de "Esquina de Croto". Así que ¡¡¡a dormir arriba del auto hasta que amaneciera y se viera todo con más claridad!!!. Digamos que dormía con un ojo abierto y otro cerrado, valga la expresión. A las 04:08 veo dos luces atrás, muy cerca. Le aviso a Rosana: "llegó Ale". Mirá atrás, y me dice: "no hay nada". Efectivamente no había nada. Pero de nuevo veo las luces. Y se acerca una luz, como una linterna caminando. Dejo el auto en marcha con las luces de posición prendidas. Se acercan dos paisanos, dos criollos de los nuestros. Nos saludamos. Dos jovenes que salían de noche a cazar liebres. ¡¡¡Justamente estábamos en temporada de liebres!!!. Eran baqueanos de la zona. También sorprendidos del estado de ese camino. Con la linterna veían todo mucho más claro que nosotros, y me dan instrucciones de poner marcha atrás, ellos empujarían o más bien, levantarían el auto de adelante para hacerlo zafar. Y con la ayuda de los paisanos, la Duster muy pero, muy lentamente comenzaba a salir de la ciénaga. Por momentos se trababa, pero ellos me decían que pocos metros más atrás estaba firme. A medida que lográbamos retrocederla, podíamos ver, y sobre todo Rosana, se daba cuenta que solos nunca íbamos a poder hacer nada. Se habrá movido unos 15 mts hacia atrás. Ellos me dicen que acercarían su camioneta para atar la nuestra, y tirarla hacia atrás. Tardaron bastante. Se podía escuchar como se daban instrucciones. Claro, para ellos también estaba muy difícil el asunto. ¡¡¡Pero no nos abandonaron, y ese no era ni su trabajo, ni su deber!!!. Ataron la Duster, y entre la otra camioneta, cuyo sonido de motor me resultaba familiar... fuimos retrocediendo. Hasta que se quedó trabada la otra. ¡¡¡Ah!!!, el sonido del motor me resultaba familiar porque era el de un XD3 y era una Pick Up Peugeot 504 color azul. Entonces ellos delante del Duster me guiaron y corrigiendo el volante, le pasamos pegados a la 504, pero se fue afirmando el auto. Ahora había que ayudarlos a ellos. Atamos la Duster a la Peugeot, y seguimos con el trabajo. Ya eran casi las 05:00 dela mañana. Llevábamos 45' de duro trabajo en el fango más pesado. Barro de tierra negra. Durísimo de remover. Me hacía acordar a cuando leía de chico el viejo "Trans-Chaco Rally", creo que en Paraguay, donde hasta se suspendían primes por el estado de los caminos. Logro ayudarlos a sacar la Peugeot. Primero ellos la dan vuelta. Luego me toca a mí. Tampoco fue fácil,porque todavía no estábamos hablando de terreno firme. Seguía muy resbaloso. Claro, cuando yo iba con la velocidad eso lo pasé volando con la inercia hasta que quedó en la trampa de barro. Dimos ambos la vuelta. Me bajo, para saludarlos y agradecerles, porque ¡¡¡todavía queda gente buena dispuesta a dar una mano sin pedir nada a cambio!!!. Charlando tenían conocidos emparentados con la familia de papá, por estos pagos. Con los PUEBLA. Como ellos me dijeron: "nosotros andamos por acá de indios que somos". Nos saludamos, y con ellos adelante, volvímos a desandar los 4 kms hasta la 63. Me despedí por última vez con la ventanilla abierta. Encaro para mi destino final con Rosana despierta que pone uno de sus CD (¡¡¡ufff!!!). Primero salgo como tanteando el auto, a ver si había daño alguno, pero lentamente me fui dando cuenta que estaba intacto. Se sentía el barro que iba despidiendo. Todo normal. Yo manejando con las botas de goma, lo que es bastante incómodo. Al ratito ella se va durmiendo y silencio el stéreo. En mis interminables pensamientos que tengo siempre que viajo, y hasta son fuente de inspiración, me daba vuelta algo. Lo que vivimos me hizo acordar a una película que vimos en el cine de estreno allá en un lejano 1975 : "Los Irrompibles" ( http://www.youtube.com/watch?v=kY3yXkMtyTg ). Los protagonistas principales, el gran Ricardo ESPALTER y Jorge MARTÍNEZ, en cada ocasión que estaban perdidos a punto de morir, aparecía sus "ángeles de la guarda" a salvarlos: los uruguayos que tanto nos hicieron llorar de la risa a saber Eduardo D´ANGELO ("el hombre del doblaje"); Enrique ALMADA (profesor de "Toto" PANIAGUA); Berugo CARÁMBULA (Payador GABINO) y Andrés REDONDO (Veladas paquetas). Me recordó esas situaciones. Los que estamos en la calle gran parte del día, sabemos lo valiosa de esta ayuda. Infinidad de veces, tanto con el Torino como con la Dodge, o di batería, o empujamos, o paramos a ver si alguien necesitaba algo. En fin. Esta vez, cuando más hacía falta, tuvo retorno.
Cualquiera diria: "¡¡¡no te vas a meter más por allí!!!". Pero si hay algo que no pienso perder, es ese espíritu aventurero que conservo, y que hace que alguna cosa tenga para contarle algún día a mis nietos. Los kinotos para cosechar en mi casa, me esperaban."
No tengo fotos a mano, pero la cantidad de barro que le saqué al auto de abajo, de la panza, y de un montón de recovecos, no tiene nombre. Lo que es el chapón protector del carter, estaba repleto, en las parrillas, etc. No tiene nombre. Mañana lunes va labado de chasis y carrocería. Pero, ¡¡¡lo que me divertí, es inolvidable!!!(*)
(*) Rosana, no está de acuerdo en este último punto.
