Apelo a ustedes, con quienes comulgo en materia de pasión automotriz, para plantear un dilema recontradifícil. Por razones económicas en algún momento deberé desprenderme de alguno de mis autos. No salió un negocio que tenía en mente (expandirme con otro local de pollos) y resulta que no me dan los números para mantener la "flota". Hace tres meses vendí con dolor mi Chevy Malibú 1978 (estaba parado pobre). Y ahora siento que en algunos meses deberé darle salida a uno de estos: Torino TS 1976 7B con frente TSX (conocida como La Rojo Cerámico) o Renault Mégane Coupé 2.0 8V 115CV.
El primero es el auto de mis sueños, el que siempre soñé con volver a tener después de la desaparición del campo familiar.
El segundo es mi auto de todos los días, un fierro como pocas veces he visto. Aguantador, con un motor indestructible y con mucha onda.
No puedo pagar seguro, servicios, recambios de neumáticos, baterías y demás de ambos (además tengo la Gladiator T80, que no se vende). La opción es dejar ir al Toro para que alguien le pueda dar buen uso (tiene motor nuevo hace un año con no más de 3.000 km hechos desde entonces) o bien desprenderme de la coupé Megane y usar al Torino como auto diario (hago 100 km por día) pero con GLP (en Chaco no hay GNC sino GLP).
Qué opinan? Qué aconsejan? La consulta es sin apuros y viendo cómo se plantea el panorama en 2013. Desde ya muchas gracias.
Va foto de la Rojo Cerámico:

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Y foto de la coupé Megane antes de un toque que tengo ahora en guardabarros delantero, reparable por supuesto:

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Un abrazo para todos. Mi gratitud por poder expresarme.
José Luis