Habían pasado cuatro días de playa, asados, juegos y salidas en familia. Hasta algun intento vano de Jorgito de pescar algo en la playa.
Su novia Noelia, y futura esposa en breve, aprovechó para "probarse" en el asiento trasero de "La Leyenda".
La idea era volver solo, pero debido a un imprevisto yo volvería por este fin de semana con mi señora, y la más chiquita de mis hijas, Ariadna. Élla quería viajar en Torino, porque era algo que no atesoraba entre sus recuerdos. Claro, la última vez contaba apenas con 4 añitos.
Los dos Torino juntos, el lunes a la mañana, como mirándose y charlando sobre lo que vendría luego.
Lunes 28 de Enero de 2013, 17:50 hs. Nuestro personaje se vuelve a calzar los guantes de cuero. Le da arranque a su máquina, y el Torino sin dudarlo quedó bramando en el parque. Minutos antes por sugerencia suya, su hijo mayor había arrancado con su Grand Routier rumbo a la rotonda de San Clemente del Tuyú, para completar la carga de GNC de su máquina.
Cierra la casa, y arranca "La Leyenda" con el matrimonio a bordo y su pequeña hija. Esta vez el ritmo sería más tranquilo, y los esperaban algunas paradas extras, para que su hijo cargue GNC en el otro Torino de la familia.
"La Leyenda", llegaba a la RP 11, y su corazón iba llegando a un rendimiento óptimo. Ya encarando la ruta el ritmo que le imprime el hombre era tranquilo. Tránsito de verano con gente que va de un balneario a otro. Pasando Santa Teresita apura el trámite, y llegando a la rotonda de San Clemente ve la silueta inconfundible de "El Inmortal", la máquina de su hijo. Lo supera y se dirige a la primera parada: una nueva estación de GNC en la rotonda.
Son pocos minutos, pero el hombre aprovecha para intercambiar impresiones con su hijo. Rápida revisión en ambas máquinas, y comenzaran a disfrutar del viaje añorado: los dos Torino en ruta. Como alguna vez soñaron. Su hijo, que otrora viajara en el asiento trasero de "La Leyenda", ahora ya grande tenía su propia máquina.
Y comenzarán a devorar los kilómetros. Trataban de ir juntos a pesar de las contingencias del tránsito. Por cierto, un lunes a la tarde de Enero, no hay mayores problemas con el mismo. Iba cayendo la tarde, sol de frente o por momentos a la izquierda, de acuerdo a los vericuetos del camino. Ritmo tranquilo a bordo del Torino más oscuro. Ariadna, la más chiquita convertida en camarógrafa tomaba fotos del auto de su hermano mayor. Vendrá General Lavalle, sin novedad en el control policial, y de allí los mejores 40 kms. del trayecto.
El hombre de los guantes de cuero, comenzará ese derrotero, bajando un cambio y acelerando inmediatamente pasado el mismo, para superar un grupo de cinco autos. Pero con marcha calma, espera a su hijo. Así van disfrutando de los curvones, eses, rectas, curvas y contracurvas. En familia. Disfrutan de alguna "chupada", y el hombre por momentos ve pasar por su mente la imágen de don Gastón PERKINS en la nº 2, con el "maestro" COPELLO con la nº 3, pegado a sus espaldas. Imágenes que navegan por la mente del veterano conductor.
Vendrá en ensanche de la RP 11 donde se une con la RP 56. De allí hasta el peaje "La Huella". Siguen juntos desandando la ruta, mientras en el horizonte el sol que ahora tienen a su izquierda va cayendo. Jornada agobiante de calor. Las radiso indicaban temperaturas muy por encima de los 30º. Pero los Torino no las padecían. Apenas un poquito por encima de lo normal en "La Leyenda", pero nada más.
El giro a la izquierda en "Esquina de Croto", para tomar la RP 63, que los dejará en la autovía "Juan Manuel FANGIO". Sin novedades en estos 29 kms. Se intercambian posiciones, como homenajeando a COPELLO-GRADASSI-TERNENGO en las inolvidables "500 millas de Rafaela" de 1967. Siguen pasando recuerdos por la mente del hombre.
Ya en la ruta 2, vendrá la segunda parada para recarga de GNC en "El Inmortal". Será en la ESSO del km. 204. Todo bien en los autos. Luego de la carga, salen de nuevo al camino. Cielo nublado y el sol que apenas se ve en el horizonte. A bordo de los autos las charlas son amenas. Ariadna que pregunta, Rosana (la esposa), que está cómoda en los asientos ahora retapizados de su auto de siempre. Van sacando fotos, de uno y otro auto. Quieren dejar un recuerdo indeleble al paso del tiempo. Y pasará Dolores, Castelli con la atracción del "castillo" de la familia GUERRERO a mano izquierda, allá por los kms. 170 aproximadamente. Cruzarán Lezama ya de noche, y vendrá la última parada en la estación de GNC ubicada frente al clásico "Atalaya".
En "La Leyenda", quedaban 130 kms. hasta su hogar. El GPS indicaba como horario de llegada las 22:17 hs. Salen de allí juntos. Ahora el hombre prefiere escoltar a su hijo. Lo deja ir delante. Quiere disfrutar de la imagen que entra por sus retinas de ver al otro Torino de la familia ruteando tan cerca. Le comenta a su mujer acerca de la belleza de la imágen dinámica de un Torino en la ruta. Ella no le responde. Está acostumbrada a estos pensamientos tan particulares de su marido. Lleva casi 22 años escuchando cosas como ésta.
En el puente previo al ACA del km. 93, el hombre se adelanta a su hijo. Conocedor del camino sabe de lo peligroso sobretodo de la curva de salida del mismo. Lo hará por la izquierda, y en la salida se mandará por la "cuerda", acelerando su máquina. Casi 100 kph, y el auto responde sin problemas, hay mucho resto. De nuevo las imágenes de Nürburgring viajan a su mente, y recuerda a "Larry", en aquella vuelta infernal tratando de no quedar afuera de carrera con partida detenida.
El peaje lo trae a la realidad. Ya están en el km. 90 de la autovía. Y la oscuridad de la noche que lo sumerge en un profundo placer, ¡¡claro lo tiene todo!!: Torinos, ruta, familia, y esa sensación de libertad que solo da el camino.
Se viene encima el otrora emblemático cruce de Etcheverry, el autódromo de La Plata, y la unión con la RP 36. La zona de puentes los desemboca en la autopista Buenos Aires-La Plata. Ambos Torino con el gris coraza delante cruzan por el tele-peaje. Así desandan la misma, casi siempre por la izquierda, dando paso cuando corresponde. Siempre a un ritmo tranquilo. Al ratito le peaje final de la autopista, y se entra en la ciudad que recibe con su pesadísima atmósfera que pareciera aplastar la cabeza de sus habitantes. La autopista 25 de Mayo hará que ambos Torino se separen. Cada uno buscará su hogar. Ambos llegaron sin novedades.
"La Leyenda", volvió a su "templo" a descansar. La satisfacción del hombre de los guantes de cuero, le dibujaba una enorme sonrisa en su cara. Estaciona su máquina y se baja. La mira como se mira a un compañero. Ya no recuerda cuantos viajes han hecho juntos, pero el cuenta kilómetros les indica que pronto el Torino llegará al medio millón recorrido por nuestra Argentina. Se quitará los guantes de cuero y los dejará sobre el tablero, contra el parabrisas. Cierra el auto. Se para delante, le vuelve a echar una mirada, lo acaricia y sueña con lo que se viene. Ambos sueñan con lo que se viene, ¡¡claro, porque el auto tiene alma!!. Saluda a su Torino, y éste le devuelve con esa enorme sonrisa que es su parrilla.
"Hasta luego toro", le dijo.
