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hace muchos años guarde un recorte de la antigua revista de clarin y queria compartirla con ustedes.

Así debe ser el Living del Indio!!!!

... eso fue duro Gus! .... saludos.

phmena escribió:Así debe ser el Living del Indio!!!!

Yo creo que mas de uno debe tener una decoración similar...
Por ejemplo yo tengo todos esos trofeos, el problema es que en mi casa no me los dejan exponer

Gladiator291 escribió:

phmena escribió:Así debe ser el Living del Indio!!!!

Yo creo que mas de uno debe tener una decoración similar...
Por ejemplo yo tengo todos esos trofeos, el problema es que en mi casa no me los dejan exponer

Jajaja . En casa tengo varios trofeos de esos¡ el año pasado sume un perro a la vitrina de trofeos.

Bueno, para aliviar al amigo chofer de transporte público de pasajeros (por solidaridad con él, ya que mi padre arrugó taxis y otras larvas durante trece años al mando de un Autocar y un MB 911 ), cambio un poco de tema:
La burra
Un ingeniero argentino de Techint es enviado a dirigir una obra civil en Venezuela. Se trata de un puente sobre el río Orinoco. El viaje es en helicóptero. Cuando llega, encuentra el campamento, en medio de la selva, con un contingente de obreros venezolanos, colombianos, ecuatorianos y panameños, 250 en total. El campamento está aislado de cualquier centro civilizado y hay que marchar en Jeep 6 horas para llegar al pueblito más cercano. En el campamento hay de todo… menos mujeres.
El capataz, es de Puerto Rico, y como corresponde, se llama Jesús. Lo recibe muy atento y le muestra el campamento. El ingeniero nota que todos están contentos, y le pregunta si están contentos porque es viernes, a lo que Jesús le responde: “Sí, ingeniero, aquí el viernes es un día especial, porque vamos a tener sexo…”.
El ingeniero se extraña y le señala que no ha visto mujeres en el campamento, a lo que Jesús responde: “Eso lo solucionamos con la burra…”. El ingeniero pregunta qué burra, y Jesús le señala al fondo del sendero en dirección al río, diciendo: “Aquella, ingeniero…”. El ingeniero observa una burra vieja, flaca, inmóvil, que comía lentamente del morral que tenía colocado. Pregunta a Jesús si con esa única burra todos los hombres quedaban satisfechos, y Jesús contesta: “Yo diría que aquí la burra es la única imprescindible; mire Ud., le digo más: si no estuviese aquí la burra, tendríamos que abandonar la obra, porque todos se marcharían de aquí. La vida es muy dura aquí ingeniero, y a propósito: cuando quiera me avisa, y le preparamos la burra…” El ingeniero declinó cortésmente la invitación, sintiendo asco y extrañeza, pero quedó intrigado”.
El tiempo transcurrió y cada viernes, la muchachada estaba con el mejor ánimo. Los sábados por la mañana, todo el mundo estaba feliz, y el ingeniero declinaba la invitación que puntualmente le hacía Jesús cada viernes a la tarde… pero el tiempo tiene su efecto. El ingeniero comenzó a experimentar los estragos de la abstinencia, y comenzó a mirar a la burra con cariño.
A los dos meses de estar en el campamento, sintió envidia de la felicidad de los obreros. Cuando llegó el viernes, el ingeniero encaró a Jesús y fue directo al grano: “Jesús: Me anoto para la burra”. Jesús le respondió: “Ah ingeniero… me ha hecho ganar un dinerillo en las apuestas; los muchachos ya habían empezado a comentar que Ud. era del otro bando, pero yo aposté a que era Ud. Un hombre con todas letras… Hoy prepararemos la burra para Ud; a las diez de la noche, nos juntamos a la orilla del río”. El resto del día se le hizo interminable al ingeniero, y por fin, luego de la cena, se dirigió a las diez de la noche a la orilla del río. Allí, en efecto, estaba la burra atada, mirando al río, y todos los obreros haciendo fila a ambos lados, como haciéndole una pasarela…
Jesús le dijo: “Ingeniero, los muchachos quieren hacerle el honor de que sea Ud. El primero en hacer uso de la burra…”. El ingeniero caminó resueltamente y con paso firme hasta la retaguardia de la burra, la corrió un poco hasta hacer pie algo más alto sobre una de las piedras que asomaban por sobre la playa, se bajó el pantalón, el calzoncillo, y empernó a la burra en forma violenta y desesperada… cuando terminó, se bajó, sacudió, miró en forma desafiante a los obreros, se levantó el calzoncillo, y cuando se estaba levantando el pantalón notó que todos estaban boquiabiertos, como si hubieran visto al diablo…
Extrañado, le preguntó a Jesús: “¿Qué pasa, lo hice mal…?”, a lo que Jesús le responde: “No, ingeniero, a decir verdad, lo ha hecho Ud. estupendamente… sólo que la burra es pa´ cruzar el río… las putas están en la otra orilla…”
Saludos.
Daniel.

Punto para Daniel!!!