50 años Jeep IKA

[derkaiser]

Córdoba, Argentina, Viernes 28 de abril de 2006

Medio siglo de historia
Por Franco Cipolla l Especial.
Hace 50 años, el 27 de abril de 1956, alrededor de las 17, el primer Jeep IKA salía de la línea de montaje de la flamante planta de Santa Isabel materializando con ello el esfuerzo conjunto de ejecutivos y técnicos argentinos y estadounidenses.

Sin embargo, la historia del Jeep no comenzó allí; se remonta a la Segunda Guerra Mundial, cuando, a mediados de 1940, la inteligencia militar norteamericana se entera de los planes del Führer de Alemania, Adolf Hitler, para utilizar el “Auto del Pueblo” o “Volkswagen” con fines militares. Sobre la plataforma de tan polivalente automóvil se trabajó intensamente y se lograron dos variantes; el “Kübelwagen”, un vehículo liviano y apto para cualquier terreno, y el “Schwimmwagen”, un anfibio de tracción en las cuatro ruedas que tuvo una producción de 14 mil unidades.

El Ejército americano pidió entonces la ayuda a 135 compañías; sólo tres respondieron. la American Bantam, Willys y Ford.

Debido a estrategias comerciales por tomar mercado, Bantam trató de convencer al Ejército de que el automóvil que ellos producían era muy bueno y se prestaría muy bien para la guerra. A los hombres de armas, el modelo les agradaba, pero querían un vehículo más liviano y con tracción en las cuatro ruedas. Entonces, la orden fue que en 11 días debía presentarse un diseño de vehículo y un prototipo 49 días después.

Luego de muchas idas y venidas, la licitación finalmente se le asignó a Bantam, ya que fue la única que cumplió los plazos. El Ejército, mediante apoyo económico, les recomendó a Willys-Overland y a Ford que también experimentaran prototipos. En setiembre de 1940 Bantam presentó ante los militares su prototipo denominado “Blitz Buggy”. Una persona de Willys había “espiado” esas pruebas y dos meses después despertó el interés del Ejército con el “Quad”, que podía ser 4 x 2 ó 4 x 4. Esto causó el enojo de Bantam, que se sorprendió de una llamativa similitud entre su modelo y el de Willys. Y no fue coincidencia, ya que, debido a problemas con la fábrica Bantam, a una delicada situación financiera y a las ventajas de su vehículo, el contrato fue otorgado finalmente a Willys, ya que el Ejército tenía dudas de que la Bantam pudiera cumplir con los pedidos.

Luego, como era necesaria una gran cantidad de vehículos en corto plazo, Willys ofreció al Gobierno mantener un contrato de licencia no exclusivo y permitir a otras compañías que fabricaran estos vehículos con sus especificaciones. Con este acuerdo, la Willys proveyó a la Ford de un juego completo de planos y especificaciones, ya que el Ejército había decidido la colocación de una orden por 16 mil unidades, cifra que luego se elevó a 18.600.

En tiempos de paz

Luego de la segunda conflagración, la compañía Willys fue la que obtuvo la marca registrada para el nombre “Jeep”. Poco tiempo después, la Willys-Overland fue adquirida en 60 millones de dólares por Kaiser Manufacturing, que estableció fábricas fuera de Estados Unidos y vendió el Jeep en más de 150 países. Para Henry J. Kaiser resultó una buena estrategia, ya que sus autos habían fracasado y aquel vehículo multipropósito habría de vivir por muchos años. De hecho, el Jeep CJ 5, que lanzó un año después de la adquisición, permaneció en producción hasta 1983.

El “viejo” Kaiser, en sus estrategias de expansión de su empresa automotriz, en octubre de 1954, firmó con el Gobierno argentino el preacuerdo para la instalación de una planta en el territorio de nuestro país. Luego de 13 meses de iniciadas las excavaciones para los cimientos de la fábrica, la sociedad estuvo en condiciones de iniciar su producción. Los primeros Jeep IKA tenían un 39,5 por ciento de contenido nacional (y habría sido mucho mayor de haber estado en total operación la planta de prensas). Las partes-componentes de origen correspondían a los fabricantes argentinos (mediante la emisión de órdenes de compra por muchos millones de pesos), porque el compromiso con el Gobierno era lograr autos con el mayor porcentaje de piezas de industria argentina.

Todas las partes principales del motor, como ser cigüeñal, block, cabeza de cilindros, cubre volante, etcétera, fueron producidas y terminadas en la fábrica de Córdoba, como asimismo otras piezas vitales.

El montaje del Jeep, como así también el motor, fue íntegramente realizado allí. A medida que fuera incrementándose la producción, la proporción de partes suministradas por la industria argentina aumentaría rápidamente y se estimaba que para el mes de diciembre de ese mismo 1956, el 75,5 por ciento del material y partes del Jeep sería adquirido a fabricantes argentinos. El primer Jeep no sólo fue construido en una planta cuya construcción había comenzado 13 meses antes, sino que su motor fue el primero producido en una línea de producción de Latinoamérica.

Fabricación en serie

Para 1956, el programa de producción consistió en aproximadamente tres mil vehículos Jeep y Pick-up Jeep en dos modelos (de tracción simple o doble) todos equipados con el motor 4L-151 Continental de diseño especial, argentino, para la producción en el país.

La Pick-up Jeep fue la respuesta a la demanda de ventas de una camioneta económica con tracción opcional en dos o en las cuatro ruedas y con una cabina cerrada (había sin cabina también). Alargando el chasis del Jeep normal, con una distancia entre ejes mayor de 2.654 mm contra 2.057 mm se logró el vehículo que la gente buscaba por dos cosas: por ser un Jeep, y porque al ser alargado se le podía montar todo tipo de carrocerías.

Tal como IKA lo había previsto, el contenido nacional de su producción fue creciendo día a día: en diciembre de 1957 ya era del 80 por ciento y en poco tiempo más se había logrado un Jeep casi ciento por ciento argentino. A pesar del tiempo transcurrido, el Jeep cordobés se mantuvo con muy pocos cambios y la última unidad dejó la línea el 30 de marzo de 1978. Fueron 85.441 ejemplares construidos. En conclusión: el Jeep no fue únicamente un vehículo de transporte; se convirtió en arma de combate, explorador, soporte móvil de ametralladoras y morteros; con ruedas de ferrocarril arrastró vagones a lo largo de kilómetros de vías férreas.

Las huellas de sus ruedas se marcaron sobre arenas, pedregales, barro, nieve, llanos y montañas. Su silueta pequeña y porfiada se introdujo en todos los escenarios. El Jeep se utilizó por todas las compañías del Ejército de Estados Unidos y muchos fueron enviados a las fuerzas aliadas de Canadá, Gran Bretaña, Australia y Nueva Zelanda. Fueron parte vital en toda acción de tierra. Fueron sobrecargados, destruidos, reconstruidos, modificados, convertidos y llevados de un lado a otro por mar, carreteras, trenes y aviones.

[Kurt]

Como me gusta leer todas estas cosas... al respecto opino, no seria mejor poner todas estas notas en la seccion HISTORIA?? Creo que esa seccion le calza mejor, por mas que no sean cosas directamente del Toro, pero corresponden a la Historia de la marca... en cambio OTROS VEHICULOS IKA es mas para mostras fotos de autos. En fin, es solo una opinion.

Al respecto de la nota, me puse a buscar cual esra el Jeep Bantam que nunca lo habia visto... jejejeje ALTO CHOREO de Willys podriamos decir !!