Nürburgring 1969 - Marthon de la Route

Aca encontraras todo lo relacionado con la historia del AUTO ARGENTINO

Moderadores: elindio, clmoro, marcos

Responder
Avatar de Usuario
Pablo
Torino ZX
Mensajes: 2622
Registrado: 28 May 2007, 10:32
Ubicación: La Plata - Buenos Aires - Argentina

Nürburgring 1969 - Marthon de la Route

Mensaje por Pablo »

En 1969, uno de los periodistas -uno de los más destacados periodistas del automovilismo argentino- hizo un libro muy particular. Consistía en una serie de reportajes, o casi reportajes que les fue haciendo a los miembros de la Misión Argentina, y a otros que sin ser miembros tuvieron mucho que ver en el asunto. El hombre en cuestión se llamaba Miguel Ángel Barrau, y el libro se titula "84 horas de Nürburgring - Misión Argentina".

Les propongo, ir transcribiendo cada uno de los capítulos -uno por día- para revivir la épica de un momento único en el deporte motor argentino.

!Se viene la primera (intro y primer capítulo)!

Espero que lo disfruten tanto como yo.

Pablo.


* * * * * * *



Colección
SUCESOS DEPORTIVOS


*


Editorial SUCESO S.R.L.
La editora del libro periodístico
Alsina 971 – 4º Piso – Buenos Aires
84 Horas en el
deporte motor


MISIÓN ARGENTINA


Por sus actores, tal como fuera relatado a MIGUEL ANGEL BARRAU


Y la especial colaboración de los periodistas:
Roberto Carozzo, Miguel Angel Merlo,
José T. Oneto y Alfredo Parga.

Asistentes Editoriales:
Carlos Agustín y Santiago Hileret.
“Y porque todos somos argentinos, es que toda nuestra fé, todo nuestro entusiasmo, se concentra en los colores de nuestra bandera y en estas palabras: INDUSTRIA ARGEN-TINA, que como única insignia lucen esos coches que llevan a Europa nuestra gran esperanza.”

Juan Manuel Fangio


Instituciones y empresas que
hicieron posible la MISIÓN ARGENTINA:
Secretaría General de la Presidencia de la Nación, Secretaría de Estado de Difusión y Turismo, Aerolíneas Argentinas, Banco Municipal de la Ciudad de Buenos Aires, Bardahl, Bosch, “Cla-rín”, “El Gráfico”, ELMA, Fric-Rot, Hoesch Argentina, Ika Re-nault, Ruedas Argentinas, “La Razón”, Transax, Wobron e YPF.

MISIÓN ARGENTINA
Director de equipo: Juan Manuel Fangio
Asesor de Relaciones Públicas: Tibor Teleki
Coordinador General: Carlos Lobbosco
Jefe Técnico: Oreste Berta
Médico: doctor Lino de las Heras
Pilotos: señores Copello, Cupeiro, Di Palma, Fangio, Franco, Galbato, García Veiga, Rodríguez Canedo, Rodríguez Larreta y Perkins.
Mecánicos: señores Andreu, Batelli, Casarín, Comari, Cordero, Diez, Giacone, Huerta, Macagno, Sainz, San Feliú, Zadaglia y Zurita.

EN LA MISIÓN
DE UNA SOLA BANDERA


Los habíamos visto convivir, unidos, muchas vicisitudes del automovilismo argentino. Sin embargo, nunca habían trabajado —todos juntos— al servicio de una misma transmisión. Las competencias de Turismo Carretera, en las rutas, y más tarde las de Sport Prototipos, en los au-tódromos, vieron sumar nombres, siglas y slogans al conjunto de elementos, personas y circunstancias que hacen una carrera.
Así fue como “Carburando”, “Vértigo”, “Emoción en las Rutas”, “D’Agostino Deportes”, “Motor y Camino”, “Im-pactos Deportivos”, “Automovilismo en Órbita” y todas las organizaciones en las que se desarrollan su labor los periodistas radiales de automovilismo, afiliados a A.P.R.A., fueron y son —en gran medida— importante medio para que el automovilismo argentino alcanzara el nivel de difusión que disfruta.

A.P.R.A. también estuvo presente en la Misión Argentina. Como una familia, con un cometido. Hubo quienes viajaron a Alemania y también quienes debieron permanecer en Buenos Aires. Unos y otros, y el país entero —porque el país entero fue audiencia— estuvieron comunicados mediante una sola onda, Radio El Mundo, y una sigla, A.P.R.A.

Y entonces Alberto Hugo Cando, de “Vértigo”, compartió el micrófono con Isidro González Longhi, de “Carburan-do” y en la común labor y onda se alternaron las voces de José Ayi, de “Motor y Camino”, la de Eduardo Pérez Trigás, de “Emoción en las Rutas”, a las que se sumaron su experiencia y profesión de Luis Elías Sojit y Eduardo Emilio D’Agostino, y su idoneidad para la tarea de Luis López Castagnous, Osvaldo Ochoa y Rolando García. Y los profesionales de Córdoba se sumaron a los de Buenos Aires, y todos recibieron el indiscutido aporte del perio-dismo de Mendoza, Bahía Blanca y San Juan. Y todos, que muchas vicisitudes del automovilismo argentino ha-bían convivido, trabajaron —esta vez juntos— en la misión de una sola bandera.

NÓMINA DE LOS INTEGRANTES DE A.P.R.A. QUE INTERVI-NIERON EN BUENOS AIRES EN LA TRANSMISIÓN RADIAL DE “LA MARATÓN DE LA RUTA”

Carlos Horacio Alfonso – Julián Osvaldo Aguilar – Antonio Ba-rrio – Carlos Héctor Bodratti – Pedro Juan Begue – Julio Cottini – Hugo Néstor Casucho – Néstor Jorge Carbia – Oscar Enrique De Rosa – Roberto Víctor Drab – Alfredo Luis Diéguez – Jorge Drago – Roberto Eguía – Oscar Héctor Frutos – Juan Alberto Fa-va – Roberto Atilio Fossati – Toni Ferrando – Eduardo Jorge González Rouco – Omar Gualberto Gabrieli – Alberto Francia Gagliardi – José Goldszmid – Pedro Heredia – Alberto Oscar Juárez – Eduardo Lenczner – Luis Humberto Leoni – Carlos Al-berto Legnani – José Humberto Longo – Enrique Antonio Moltoni – Armando Héctor Navone – Leo Roy – Alberto Eduardo Romero – Isidro Sojit – José Maria Safra – Julio César Ubiría – Emilio Alberto Vencelblat – Jacinto Zaragozi – Carlos Luis Giri – Máximo J. Kolble.

NÓMINA DE LOS INTEGRANTES DE A.P.R.A. QUE VIAJARON A NÜRBURGRING PARA LA “MARATÓN DE LA RUTA”

José Ayi – Miguel Angel Barrau – Alberto Hugo Cando – Eduar-do Emilio D’Agostino – Rolando García – Isidro González Longhi – Luis Enrique López Castagnous – Osvaldo José Ochoa – Eduardo Pérez Trigás – Jorge Rocher – Luis Elías Sojit – Roberto Oscar Bo – José Antonio Calabrese – Luis Garcia del Soto – Anselmo Nicolás Lamarque – Guillermo Julio Macchione – Norber-to Darío Rinaldi – Carlos Alberto Rodríguez.

A todos.

A quienes ejercitaron la virtud de encontrar, en el proyecto, una simiente.

A quienes supieron regarla con su aliento.

A aquellos que, en un comienzo, sólo se animaron a dialogar en voz baja con la idea, como si toda exteriorización —más allá del susurro— hubiera podido encarnar la personificación de una insolencia.

A quienes supieron asumir la responsabilidad y no intimidó el riesgo.

A los orígenes del apoyo y a las fuentes del esfuerzo.

A cuantos dejaron de lado compromisos e intereses para sumarse, en aporte y prestigio, a la calidez de una esperanza.

M.A.B.

INTRODUCCIÓN



Durante el viaje de regreso fui poca compañía para un ocasional acompañante. Acabábamos de dejar la alegre camaradería que caracterizó el homenaje que, en el Club Y.P.F., se había llevado a cabo en honor de los integrantes de la Misión Argentina, cuando una muy pequeña mariposa, inquieta como pocas, dio en revolotear por las circunvalaciones de mi cerebro. Me arrellané en el asiento del automóvil mientras otorgaba al etéreo, alado animalejo, la oportunidad de transformarse en idea.

Atrás quedó el Tiro Federal Argentino, atrás el monumental River Plate.
Y mojaba mi cabeza la lluvia y las gotas resbalaban sobre los cristales de mis lentes, mientras los ojos se esforzaban por perforar la noche y se aguzaba el oído, pretendiendo extraer del conjunto, el familiar, inconfundible tono de un escape. Miré mi reloj. No porque me preocupara la hora. Fruto de un hábito que se iniciara al lado de mi padre, cuando durante las veladas de gala del Teatro Colón, en las fechas patrias, medía el tiempo en el que los aplausos saludaban al Presidente de la Nación, mi cronógrafo había registrado, en minutos y segundos de exteriorización, el respeto y el cariño que en esa noche y en ese lugar, Juan Manuel Fangio supo le pertenecían.

Y el viento arremolinaba las gotas de lluvia y los charcos parecían cobrar vida al pretender despegar del suelo. Y el aplauso surgió cálido, espontáneo. La piel levantada por las ampollas tomó forma. Y los ojos, asombrados, buscaron el origen del que aún era eco en los muros y calor en las palmas. Y el eco y el calor se prolongaron en frases latinas y sajonas. Y la tonadas cordobesa agradeció, sin haber entendido las palabras, el universal cumplido del aplauso.

Palermo se abre como un oasis, en un bosque de cemento. La recta que transitamos vio a los grandes del volante caer vencidos, en una tarde también de lluvia, cuando el nombre de Oscar Alfredo Gálvez llegó a los titulares de las grandes rotativas del mundo. Y también llovía en Silverstone, como llovió en Le Mans, cuando José Froilán González vio los brazos del deporte ceñirse a su cuello con forma y color de laurel.
Pero todos los esfuerzos son vanos, y el auto sigue inmóvil. Un montículo de tierra lo mantiene calzado. Sorpresa, trabajo, nervio, impotencia. El auto, que está intacto, no se desplaza. En el reloj de Jorge Cupeiro avanzan escuadrones de sesenta segundos que galopan y galopan, hasta formar regimientos de fatales minutos. Y entonces, del brazo con su amargura, inicia un camino que es ahora distinto. Más largo. Muy largo. Rumbo a los boxes. A casa.

Me estiro en la poltrona preferida y enciendo el infaltable cigarrillo. La mariposa ha cumplido su metamorfosis. Ya es una idea. Cuando la domino y encasillo, me doy cuenta que es una idea vieja, sobre una cosa nueva.

Porque este libro vivía latente, en un pliegue de mi conciencia.

Y la palabra justa, medida, cayó sobre nosotros como el milagro de un regreso a la verdad. Y sentimos que la desazón se volvía contento. Y lograron sonreir uno y otro auto, mientras el tercero volvía a dibujar la perdida sonrisa en todos los rostros. Y Jorge, Gastón y Canedo, y Luis, Carmelo y Cacho siguieron conduciendo, al lado de Eduardo, Larry y Franco, el Torino Nº 3.

Sí. Este libro vivía latente en un pliegue de mi conciencia donde también han hallado, contra pesimismos y derrotistas, albergue y refugio dos palabras hermanas, jóvenes, capaces de mantener su frescura a lo largo del tiempo: fue así que la esperanza del regreso de nuestro automovilismo a las lides internacionales convivió, en ese pliegue, con la ilusión de llegar a ser testigo del futuro.

El camino se enrula en el capricho de la topografía. Las curvas y contracurvas e suceden como si entre la naturaleza e ingenio hubieran descubierto, en décadas pasadas, como incorporar el ritmo de los Beatles al anillo rutero que encierra al castillo de Nur. Palo y palo. Cuatro-dos a cuatro-cuatro. Trepada y descenso. Doblaba con la puerta. ¡Yo no dije eso a Gastón! A ver... Traigan un auto que termino con la farsa del circuito alemán. Curva y contracurva. Cuiden los frenos, usen poco la caja. La carrera es larga. Nos miran y se ríen. ¡Ni siquiera creen que podamos competir! ¿A qué van a Alemania? ¿A pasar papelones? Lluvia y niebla. Nosotros hemos venido a aprender. ¿Vos creés que podremos ganar? Curva y contracurva. Trepada y descenso. Lluvia y niebla.
Y la incomprensión fue piedra y el conformismo, bache y el interés creado, valla. Fuimos exquisitos. Y extranjerizantes. La medianoche ya es tres cigarrillos más vieja. ¿Dónde está mi máquina de escribir? La inteligencia nunca fue objeto de control en las aduanas de frontera, ni han pagado derecho de importación el ingenio o el talento. ¿Qué persigo? No es posible que sólo miren. Quiero que vean. Tenemos calidad. Humana. Industrial. Vivamos despiertos, en la realidad. Así, desherrojados de las cadenas que les imponían volar; así, desatados del complejo que los inclinaba a mirar al extranjero como si éste fuera estatua y nosotros escalones, así, quizá coincidan entonces conmigo en que este libro también vivía, latente, en un pliegue de la conciencia del país.

MIGUEL ANGEL BARRAU

CAPÍTULO I


En la pista del circuito de Nürburgring,
a la una de la madrugada del
martes 19 de agosto de 1969




¡QUIÉN ME HA VISTO Y QUIÉN ME VE!

por CARMELO GALBATO



—¿Qué tal, Juan? Está todo fenómeno. El auto anda bien. Estoy listo...

—Tené cuidado, hermano; en las primeras vueltas andá con prudencia... ¡A ver si te sale alguno indiando...! Tratá de salir de los amontonamientos. Vas a encontrar muchos. Mejor es esperar, dejar que se forme la fila india y después vas a encontrar el puesto más fácil... Yo te voy a ir señalando...

—Gracias Juan— le respondí. Estate tranquilo, que no vamos a hacer pavadas. Y... ¡Gracias, Juan! Gracias por todo.

Era tiempo de subir al auto. Me acomodé en el asiento y ajusté el cinturón de seguridad. Luego probé las luces. Primero las de posición. Regulé la intensidad de las del tablero, con el reóstato. Después, los faros cortos y luego probé el cambio de luces. Las largas con los faros de yo-do. Todo bien. El motor había bajado un poco su temperatura, y la aguja del termómetro marcaba el intermedio entre 70 y 80 grados. Comencé a sentir que los motores se ponían en marcha. Un comisario de pista, esgrimiendo una bandera, me hizo señas. El burro de arranque obede-ció al impulso y el motor se puso en marcha. Lo aceleré, despacio, mirando la aguja que indica la presión de aceite. Cuando marcó 5 Kg. abaniqué un poco el acelerador. ¡Qué lindo suena el Torino!

A mi izquierda, el Nº 2. En el otro extremo de la pista, aunque no lo veía, sentía la presencia del Nº 3.

Del lado de los boxes —a mi derecha— un pequeño, abigarrado grupo, condensaba la esperanza de quienes creyeron. Lo distingo a Berta, con su campera Bosch —amarillo rabioso— y al rojo y el azul de las Fric-Rot, que lucen pilotos y mecánicos. Más arriba, sobre nuestros boxes, hay un improvisado palco. Carpinteros alemanes trabajaron midiendo, serruchando, clavando, ensamblando, para que una cabina de transmisión alojara, durante la totalidad de las 84 horas que durará la carrera, a la representación que APRA designó para transmitir desde Nürburgring.

Los veo agitados, nerviosos, pero ya hechos a las circunstancias y al lugar. ¡Qué diferencia con aquellos 22 hombres que llegaron al filo de la medianoche, cansados, hambrientos, desubicados...! Recuerdo que estaba todo cerrado, y no había posibilidad de hacerlos comer en el hotel. Entonces se me ocurrió llevarlos a una cervecería muy típica donde, a veces, con Lino de las Heras, nos “dábamos” con los chopp y con los recuerdos del viejo TC. ¡Se armó la gorda! No sólo se armó con “la gorda”, que era la dueña, sino también un lío bárbaro. Claro: éramos 24 personas, que caíamos de improviso... Una invasión como no la recordaba la comarca desde que Atila, cuando cayó con los hunos, no dejó ni una brizna de pas-to para los “otros”... ¡Más o menos sucedió lo mismo! La gorda no quería saber nada, pero yo le decía ij libe dij, que seguro no se escribe así, pero suena más o menos así y quiere decir “yo te quiero, gordita” y entonces ella se reía. Yo le hice señas de “hambre” y “tomar cerveza”. Como no tenía nadie que hiciera nada, porque todo en Alemania cierra muy temprano, nosotros mismos fuimos a la cocina y armamos un desparramo bárbaro ¡Quedamos de los más amigos! Y todo el mundo se mataba de risa porque, al despedirnos, yo le decía “Oxidensen” y “gute nag” y qué se yo... y todos me cargaban y decían que la gordita “estaba conmigo”...

¡Relampaguea...! ¡A ver si se viene de lluvia! ¿Cuánto falta...? Apenas un minuto. ¿Largarán en tiempo, aquí, en Alemania? Me parece que sí... ¡Todo el mundo afuera! Bueno, Carmelo, éste es el momento que tanto esperaste... ¡Qué piña me di con el Renault...! Y luego la serie de “idas afuera” con los Torino... ¡Qué suerte bárbara! Y qué trabajo el de los muchachos... Este auto lo han hecho de nuevo... ¡la banana! Lindo nombre le fueron a buscar... Bueno... ¡ahora sí! Primera puesta. Hay que largar tranquilo. ¡Ocho segundos! El motor a tres-lucas-vueltas... ¡Cuatro! La primera curva va a ser un embudo... ¡Dos...! ¡Uno...! ¡Vamos! ¡Quién te ha visto y quién te ve, Carmelo...! ¡Largaste las 84 horas de Nürburgring!...

A estos enloquecidos más vale dejarlos pasar. ¡Allí van los Porsche...! Menos mal que el circuito lo tenemos “remanyado”. Lo recuerdo todo, así que no importa el tráfico. Por afuera o por adentro... ¡Je! Se tiene bien “la ba-nana”... En la recta, ahora, lo siento un poco raro, como si quisiera “retobarse”. Pero... cuando se apoya, dobla bien... Esos se apuran demasiado... total... aunque des más de 9 vueltas, de aquí a las cuatro de la mañana, sólo te computan esas nueve... El asunto es entrar en la décima vuelta, digamos, como a las cuatro y un segundo... A ver...: si hago 9 vueltas en 15 minutos cada uno, son... Diez por nueve, noventa, y cinco por nueve, cuarenta y cinco, más los noventa, da ciento treinta y cinco... Son dos horas y cuarto... Se puede andar bien y despacio. Como para que aquellos que no dominan el circuito se vayan poniendo en onda. Como para los que largaron nervioso, se les pase... Fangio nos dijo girar en 18 minutos, para que nos sobre margen, por cualquier cosa... ¡Esta es la recta trasera y... allí están, arriba, todos los mu-chachos!

Voy... ¡quinto! Esta bien. El gasto comienza más tarde. Al final de la recta, curva a la izquierda —en tercera— y luego tener cuidado con el puentecito... ¡hay un salto feo!

El que hizo este circuito le tenía una bronca a la humanidad...

¿Y los Fórmula 1, cuando andan a fondo, en una carrera “tirada”, de dos horas y media o tres horas...? ¡Por entre los precipicios y los árboles...! Después decimos que noso-tros somos genios... ¿Y los europeos qué son? ¿Verdurita? Aunque, por lo que hemos visto hasta ahora, en categoría Turismo, no le tenemos que tener miedo a nadie. Ni a los autos, ni a los pilotos. Ellos tendrán una escuela bárbara, pero la del TC tampoco es mala... ¡aunque a mi siempre me gustó la pista!
¿Te acordás de la vieja cupé colorada...? Cuando salía en el autódromo, en el viejo circuito 1, era cosa seria. ¡Había que bajarle el tiempo a Carmelo! Y eso que no podía bajar de 1’20” ni empujándola... Y ahora, mi viejo, anduviste en 13 minutos y segundos en Nürburgring... ¿Qué tal...? Es más o menos el tiempo del ganador del año pasado... ¡Eh... Carmelo viejo! ¡Quién te ha visto y quien te ve!


* * * * * *
380W '67.

VIKKing0
Flotillero
Mensajes: 89
Registrado: 07 Jun 2007, 14:24

Mensaje por VIKKing0 »

sí, ya leí el libro.
pero vos estás pasando ésto en computadora? ...estás del tomate o muy al pedo.....
ajajajjaj
yo

Avatar de Usuario
Nico 380W
Torino L
Mensajes: 134
Registrado: 04 Jun 2007, 17:00
Ubicación: Versalles - Capital Federal

Mensaje por Nico 380W »

Pablito, espectacular!..
La verdad, que nunca lo habia leido!..
Aca tenes un adepto a tu transcripcion del libro!!.

Pero si queres postear todo junto, no me ofendo!!
Gracias papa!!

Avatar de Usuario
billy
Coleccionista de Ley
Mensajes: 1052
Registrado: 25 Jun 2007, 10:09
Ubicación: capital federal

Mensaje por billy »

Ese libro es una maravilla, a mi se me escapo un ejemplar original en la última AUTOCLASICA, me quería matar.

Muy pero muy buen aporte Pablo.-

Billy

elmotti
Site Admin
Mensajes: 751
Registrado: 28 Mar 2007, 11:37
Ubicación: Rosario

Mensaje por elmotti »

Pablo,
El libro completo ya esta transcripto en la pagina!!!
Enjoy
Saludos,
elmotti

Avatar de Usuario
Cesar Arincoli
Site Admin
Mensajes: 3443
Registrado: 31 Mar 2007, 10:30
Ubicación: Rosario - Santa Fe - Argentina
Contactar:

Mensaje por Cesar Arincoli »

Si Motti, es el mismo libro que tenemos en la pagina principal subido que gentilmente Pablo lo di para la publicación. Esta muy muy bueno este libro, vale la pena tomarse unos minutos y leer cada capitulo, y entre todos poder opinar a cerca de toda esta gente que hicieron HISTORIA, quizas muchos desconozcan como un grupo de Argentinos, le enseñaron al mundo que podiamos estar bien arriba y quedo demostrado.

Kurt
Torino ZX
Mensajes: 1234
Registrado: 24 May 2007, 02:57
Ubicación: Chivilcoy (B)
Contactar:

Mensaje por Kurt »

Barbaro !!!

Esta buenisima la idea de Pablo de ir escribiendo cada capitulo para comentarlo.

Propongo que lo hagas cada capitulo en un post aparte, asi el que quiere buscar capitulos no se pierde entre todas las paginas de un posts sino que siempre en el primer post tiene el capitulo.

Despues lo leo y lo comento
Saludos,
Imagen

Avatar de Usuario
Pablo
Torino ZX
Mensajes: 2622
Registrado: 28 May 2007, 10:32
Ubicación: La Plata - Buenos Aires - Argentina

Mensaje por Pablo »

La historia de la misión es interesantísima. A mí me llena de emoción leer cosas sobre aquellos días.

Una de las grandes ventajas de este libro, es que no se trata de una visión retrospectiva. Está tomado ahí, en el mismo momento en que las cosas sucedían; "en caliente". Contado por los que estuvieron y los que hicieron las cosas. En fin... sin desperdicio.

Ahora vamos con el capítulo dos, realtado por Fangio !y también por el tres, que está contado por Gastón Perkins, y es electrizante!

* * * * * * * *


CAPÍTULO II


En los boxes del circuito de Nürburgring,
el martes 19 de agosto, cuando la
madrugada era aún muy joven.




...ESTAREMOS ENTRE LOS 10 PRIMEROS

por JUAN MANUEL FANGIO



Cuando el Torino Nº 1, manejado ahora por Luis Di Palma, salía de boxes y se reintegraba a la carrera, levanté la vista hasta el reloj control. Eran la una y cuarenta y cuatro minutos. Pero... ¡qué cosas curiosas tiene la vida...! Justo en ese momento me sucedió algo raro... como si ese instante lo hubiera vivido antes... como si antes de ahora y hubiera estado allí, en el Nürburgring, en los boxes, viendo salir el Torino Nº 1 a la pista. Antes de ahora... ¡Cuántas cosas hemos pasado hasta este momento! Tantas, que aunque me esfuerzo en recordar no logro estar seguro de quién fue la idea de venir a la las 84 horas... Quizá fue de Berta o de Bordeu. Aunque puede haber sido de Lobbosco. Me acuerdo, si que me vinieron a ver, que conversamos y que me gustó la idea. Después que la maduramos bastante y analizamos todas las posibilidades, entonces recién lo fui a ver al señor Lavaud. Alguna gente no creía mucho en nuestras posibilidades, pero Lavaud tenía mucha fe en el Torino y me demostró una confianza que agradezco. El hombre ya me había dicho que sí a los tres autos y los repuestos que necesitábamos. Fue entonces cuando yo le dije...

—Mire Lavaud... si terminamos la carrera estaremos entre los diez primeros.

Y cuando ya me iba, casi desde la puerta del despacho, como si hablara en voz alta...

—Y podemos... ¡hasta ganar! —le dije.

Pero nadie más supo nunca de esta esperanza escondida que tengo. Es mejor así. Venir y correr con confianza, pero con modestia. Con seriedad. Mostrando que somos organizados y responsables. Esto es lo más importante: el recuerdo que dejemos. Pero con el elemento humano que vino, no hay que tener miedo.

Mas miedo le tengo al agua. Ese va a ser un enemigo bravo si se cumple el pronóstico. Y dicen que va a llover fuerte. Chaparrones fuertes y prolongados. A eso le tengo miedo. Los autos son medio pesados y están calzados con patonas... ¡No va a ser trabajo sencillo tenerlos en la pis-ta! Habrá que decidir que bajen el promedio...

No les tiene que pasar nada... Esa también es responsabilidad mía.

Sucede que cuando hay gente que tiene mu-chas ocupaciones y problemas y se le lleva un problema más... pero se nota que el entusiasmo está, que están convencidos que el proyecto es bueno y cuando depositan su confianza en uno... entonces la responsabilidad es mucho mayor. Pero casi toda mi vida ha sido igual. Respondiendo a la confianza de la gente y sintiendo la responsa-bilidad de haber aceptado esa confianza. Cuando yo corría, lo hacía bajo un auspicio, con la ayuda de un grupo de amigos. Mi primera carrera, la primera carrera de mi vida, la corrí porque un grupo de amigos me ayudaron. La segunda, por una rifa que se hizo. Cuando fui a Europa, lo hice apoyado por el Automóvil Club y por el gobierno. Después corrí para las fábricas. Prácticamente toda mi vida estuve corriendo con lo ajeno y quizá eso me ayudó a que nunca dejara de tener presente mi responsabilidad, como persona, frente a los que me otorgaron su confianza. Me he considerado un engranaje más, pero pensando que ese engranaje no debía fallar. Si vamos a correr con agua... ¡tampoco podemos fallar! O aunque hiciera frío o calor. ¡Calor! Esa vez sí que fue difícil la patriada, cuando corrí con Mercedes Benz, el día del gran calor, en el autódromo de Buenos Aires. Yo estaba agotado...! Pero me repetía... “yo debo seguir, debo seguir, de-bo seguir”... pensaba que el prestigio de una gran fábrica estaba en ese auto y yo era parte de ese auto. Y que ninguna parte del auto, si yo lo podía evitar, iba a defraudar la confianza que tanta gente había depositado en él.

Y ahora es parecido. Los hombres tienen otros nombres, pero son iguales que antes. Por eso es que también tengo que estar lo más posible, con ellos. Aunque solo sea el hecho de estar presente, eso ayuda mucho. Hay que acompañarlos a cualquier hora, en cualquier momento. Yo tengo la experiencia y otra vez he visto que sigue siendo cierta: que los mecánicos trabajan bien y con entusiasmo cuando ven a sus pilotos preocuparse por lo que ellos hacen, por el auto. Y están allí, y si tienen que atender alguna otra cosa, vuelven, y les traen un refresco o un sandwich... Pero cuando un piloto abandona a sus mecánicos y se va por ahí... ¿qué querés hermano? Suerte que con estos muchachos no sucede así. ¡Qué responsable es Berta, y qué capaz! Con los años que tiene puede llegar muy lejos... ¡Lobbosco también...! Siempre presente el hombre. ¡Con este grupo humano soy capaz de ir a cualquier lado...!
Es que estas cosas tenemos que hacerlas y alguien debe hacer punta. Estas cosas y también las temporadas internacionales. Y salir al extranjero como ahora... ¡Con la idea de volver! Y aunque no se vuelva. Por eso les dije a estos muchachos lo mismo que a aquellos, cuando tenía mi equipo en Europa. “Piensen, cuando están afuera, que no se llaman Fualno de Tal. Que hay un país detrás. Que hay un prestigio que asentar”. Y si la gente anda bien, aunque las cosas no salgan algunas veces como uno piensa, entonces queda abierto el camino para volver a inten-tarlo de nuevo.

¿De quién habrá salido la idea de correr las 84 horas de Nürburgring...? Por más que lo pienso no recuerdo... ¿Berta o Bordeu? Cuando me vinieron a ver a mi ya eran un pequeño grupo... “!Es la carrera para el Torino!” les dije entonces. Y lo sigo creyendo ahora. Lo que nos puede fastidiar es la lluvia... ¡Es la carrera para el Torino! Un Rally podría ser bueno, pero el hombre que conoce bien su terreno nos llevaría mucha ventaja... ¡Una ventaja bárbara! Porque los Rally no son cosa sencilla... ¡son verdaderas carreras! El que me gusta de alma es ese Rally de Londres a Méjico... Si no fuera porque estamos embarcados con la temporada internacional... ¡armábamos el equipo! Yo creo que el Torino también sería un gran auto para correr ese Rally... Tres autos... ¡no es empresa fácil...! el tercero lleva los repuestos y todo eso... ¡hay que hacerla bien...! En cada auto, tres pilotos. Y uno de ellos turnándose, siempre durmiendo atrás. ¡Qué duro que va a ser! El cansancio será un gran enemigo... ¡Y es factible...! Pero hay que pensar esto de Nürburgring. Terminarlo bien y después ocuparnos de la temporada. Preocuparnos de que los tres autos hagan la carrera que hemos pensado... ¡que este tiro es muy largo!

¡Qué buenos mecánicos y chapistas hemos traído! Buen ojo tiene Berta para elegir... porque ese auto, el que maneja Di Palma ahora, estaba bastante golpeado... ¡Y los alemanes se reían cuando les dijimos que lo íbamos a arreglar y que iba a correr! Y Galbato... ¡cómo ha trabajado Galbato! ¡Como un tigre...! Pienso en la desgracia del accidente de Berta, cuando nos puso en la encrucijada de presentar sólo dos autos, nos unió a todos más todavía. Hasta ahora, fue el momento más difícil. Y lo superamos bien. ¡Con garra! Ahora que la carrera comenzó, es como un plan de trabajo que hay que cumplir...

—A ver... ¡decime Lobbosco! ¿qué tiempo tienen que hacer para pasar justito después de las cuatro...? Así entran en la vuelta diez, hermano...

—Copello y Gastón ya tienen que estar por llegar. Di Palma no: debe andar por la mitad del circuito.

—A ver muchachos... ustedes... los periodistas, hagan un poco de lugar. Correte un poquito al costado, hermano, que no quiero que nos llamen la atención por nada. Los boxes tiene que quedar libres... ¡Nunca se sabe cuándo un auto va a parar!

—A las 3 y 46 tienen que pasar el 2 y el 3 —dijo Berta—. Ya tienen que estar...

—Ahí vienen... ¡Casi juntos...! —exclamó Zurita.

Los vi pasar y miré el reloj control. Las 3 y 46 y algunos segundos. Nos quedaban, para finalizar la vuelta, antes de lo que los muchachos llamaban la “largada efectiva”, 16 minutos. Íbamos bien.





CAPÍTULO III


Nürburgring, miércoles 20
de agosto, 04.00 hs.




Y EL AUTO PASÓ EN PUNTA, COMO UN AVIÓN

por GASTÓN PERKINS



¿Cuánto marcaba el reloj-control en la última pasada? Eran las 3 y 46. ¿Seguro? Sí; me quedaban 16 minutos de margen. Sobra plata. Con todo mejor que controle de nuevo. No hay que dar ni un tranco de pollo de ventaja. Si creían que nos íbamos a trabucar con el reglamento están bien arreglados, y con el tema de la largada efectiva podemos ganar el tiro inicial. Pero tengo que pasar, justo, a las cuatro y chirolas. En cuanto pise la recta de atrás de los boxes, controlo con el reloj pulsera. Esto de la esfera luminosa es un gran invento. ¡Fenómeno! Estoy justo en tiempo. Tercera, curva a la izquierda, seguir el ritmo y atenti con el final... Creo que la maniobra que hemos pensado es buena. Tiene que dar resultado. Mis tiempos de entrenamiento han estado como 20 segundos por de-bajo del record del Porsche del año pasado. Si logro tirar en punta, les voy a hacer marcar el paso. Pero no puedo equivocarme... Tengo que pasar por la línea de sentencia justito después de las cuatro; así de esa manera, el juez de raya me acredita 9 vueltas y comienzo a cumplir la décima. Pero andan todos avispados... ¡Mirá como van aflojando de a poco! Mejor que busque la punta, no sea que la fila, después, se ponga tupida y me cierre el paso. Falta poco. Después de la “S” viene la curva a la derecha. Ahora la bajadita... el repecho... la contracurva... la recta cortita. La del cartel. ¿A ver la hora...? Al pelo... ¡Silbando bajito! Ya estamos cerca... Esa es la curva que da a la recta principal. Suave... Suave... ¡El reloj-control! Todavía faltan 40 segundos... Aflojá un poquito... Treinta.. ¡Guar-da que se viene! Quedan veinte... ¡A los quince le doy sin asco! ¡Palo y palo! ¿LISTO...? ¡YA! Trepe... grite... ¡TIRE TORO! Ese es bravo... es el Porsche oficial... el Nº 11... ahí está el otro, el “docena”... ¿dónde está el Ford Ca-pri...? A la derecha quedó Copello... Guarda con la hora.. ¡son las cuatro clavadas...! Tire toro... que allí está el control... ¡TIRE TORO... QUE VA EN PUNTA...!

Tranquilo Gastón. No tenés que pasarte de rosca. Hay que cumplir la maniobra. Hacerles marcar el paso. ¡Pucha que están cerca esas luces...! ¿Te me venís...? Dale... pará... Es el Porsche oficial... ¡a la cola Gastón! ¿A ver si le gusta el sinuoso...? ¡Ya es mío! Ajajá... hacemos punta otra vez... pero este paisano no afloja... ¿Cómo se dirá paisano en alemán? No te distraigas Gastón... el Porsche se viene de nuevo... todo el grupito de atrás tira fuerte... ¿Qué viene? Curva a la derecha y puente. Peinadita al freno y tercera... ¡Qué gracioso este chico García Veiga! Tiene cada cosa... mirá que venir a preguntarme, cuando me despisté en entrenamiento... ¡Epa! Pase, aparcero... a nosotros nos dirán “argentinos locos”, pero me parece que para alguno puede venir de piña... Este circuito no perdona, pero nada. Yo lo conocía bien y me fui afuera. “¿Qué querés, que me quede a vivir aquí?” le contesté al Nene cuando me preguntó... “¿Y qué va a hacer ahora, don Gastón?” Y me ayudó a sacar el auto. Es natural irse afuera. Hay gente que no lo entiende, pero hay que bus-car el límite. Sucede que este circuito no perdona, pero nada. Te salís una cuarta y viene de piña. Le pasó a Cacho, culpa de la pinchadura, y a Canedo, por los benditos frenos... Encontrar el ritmo no es fácil...
¿Cuántas vueltas llevamos? Cuatro. Esto sigue de toma y daca. A ese Porsche, si afloja en el sinuoso, lo paso de nuevo. Eso. Seguilo así... ¡es mío! Y... ¿qué pasa? ... ¿Se puso oscuro atrás? Y ahora llega el agua... Andalo tanteando Gastón... ¡Eh! Acá cuando llueve... ¡llueve! Guarda... a ver si aquel alemán tenía razón de que, cuando se largue a llover, no pasa más nada con los argentinos... El auto se tiene bien. Se ve menos, pero el circuito lo tengo bien memorizado... ¡hasta anduve cambiando los radios de curva, para no tener que improvisar, si llegaba a necesitar andar en pelotón!

¿Qué pasó allí? En la curva a la derecha, debajo del puente había un auto chico, color rojo... ¿No será el Porsche? Sí, le tocó, fue gorda. Atenti Gastón, que llueve como si fuera la última vez... Guarda con los charcos, que con el ancho de estos neumáticos... ¿no te dije?... ¡hace “patito”! Pero allí había un torrente, no un charquito...

Esas luces se van quedando y son las del Ford Capri... Me parece que la maniobra mía salió bien: hicimos tirar a todo el mundo. Y... ¡vino el agua y seguimos en punta! Pa-rece que le falló el pronóstico al de “no pasa más nada con los argentinos”. A los Porsche ya no los veo, el Ford Capri levantó... ¡Y el que viene atrás... me parece... ¡otro Torino! En la próxima recta le hago señas con el indicador de viraje... A ver... se arrima... ¡Es Copello...! Bajame las luces, Eduardo... Eso. Fenómeno... ¡En tandem!
Vamos en tandem-Vamos en tandem-Vamos en tandem. Vamos primero y segundo y en tandem. Tiramos en la punta. Cuando estuvo seco y en la lluvia. El box nos saluda, guiño los faros y seguimos. Tirando en punta y en tandem. La lluvia amaina y el circuito, aunque mojado, ya no tiene esos charcos de agua que hacen bellacos los autos. Al viejo ritmo otra vez. Cuatro-dos a cuatro-cuatro, palo y palo. Cuando ya ha amanecido me releva Rodríguez Canedo. Es la primera vez que veo a Eduardo del todo serio. En serio.


* * * * * * * * *


!hermoooooooooosooo!!! tire toro, tire toro que va en la punta!!!

Me lo imagino a Gastón Perkins clavando la alpargata sobre el pedal, el bramido de los tornado de 280/290 HP (no se sabe bien) haciéndoles morder el polvo a los Porsche 911, Ford Capri, etc.

ahhhhh!!! :D
380W '67.

derkaiser
Historiador Oficial
Mensajes: 915
Registrado: 26 Jul 2007, 14:51

Telegrama de la Presidencia de la Nación

Mensaje por derkaiser »

Algo que falta en ese libro es el telegrama que envío la Presidencia de la Nación a la dirección de la empresa. Como McCloud una vez dijo: "Misión Argentina fue apoyada desde el Presidente Onganía hacia abajo".

MINISTERIO DEL INTERIOR
SECRETARÍA DE ESTADO DE COMUNICACIONES
=OFICIAL URGENTE=
Destinatario: Señor Yvon Lavaud = Sarmiento 1230 Capital=
Procedencia: Casa de Gobierno baires.
Fecha: 23/8/69
Felicito al señor presidente de IKA-RENAULT por la brillante actuación de los automóviles TORINO en Nürburgring. Esos tres exponentes de la industria nacional fueron las herramientas apropiadas para que la Misión Argentina pudiera lograr tan descollante actuación. El saludo que hice llegar a los volantes y técnicos que integraron el grupo, agrego mi felicitación a esa empresa que tuvo tanta participación en este brillante hecho para nuestro historial deportivo.
JUAN CARLOS ONGANÍA
PRESIDENTE DE LA NACIÓN
-------------------------------------------------------------------------------------


IKA-RENAULT S.A.
PRESIDENCIA
Sarmiento 1230 – Buenos Aires
Buenos Aires, Agosto 25 de 1969
A TODO EL PERSONAL
De mi consideración,
Tengo la grata satisfacción de hacerle llegar mi felicitación más cálida y afectuosa por el desempeño de nuestros TORINO en Nürburgring. Le correspondió a la MISIÓN ARGENTINA realizar la demostración. Fue la labor de todos los integrantes de IKA-RENAULT la que ha permitido que el propósito se lograra.
El Presidente de la República así lo ha entendido, enviando un telegrama de felicitación a la Empresa, cuya copia le acompaño para su información personal, pues es un documento que no es para publicidad.
Todos debemos sentirnos muy orgullosos.
Con los más cordiales saludos para usted y su familia.
YVON LAVAUD
Presidente

Avatar de Usuario
elindio
Miembro Legendario y Vitalicio
Mensajes: 21439
Registrado: 03 Jun 2007, 20:38
Ubicación: Florencio Varela-bs as-argentina

Mensaje por elindio »

Que barbaro loco , cada vez que leo o veo algo referente a nurburbring se me eriza la piel , que auto , por Dios, que auto!!!
Un abrazo, Gustavo

Avatar de Usuario
Pablo
Torino ZX
Mensajes: 2622
Registrado: 28 May 2007, 10:32
Ubicación: La Plata - Buenos Aires - Argentina

Mensaje por Pablo »

Grande Franco, muchas gracias por ese material inédito.

Hay muchísimas cosas de la Misión Argentina que están por quedar tapadas por un manto de polvo y cenizas, a medida que sus participantes nos van abandonando.

Es una picardía, porque es la demostración más viva de cómo se deben hacer las cosas.

Saludos,

Pablo.
380W '67.

Avatar de Usuario
Nico 380W
Torino L
Mensajes: 134
Registrado: 04 Jun 2007, 17:00
Ubicación: Versalles - Capital Federal

Mensaje por Nico 380W »

Que buen material. La verdad da gusto que lo compartan con nosotros!!
Abrazo!!

Responder