"84 Horas de Nürburgring: Misión Argentina"

Aca encontraras todo lo relacionado con la historia del AUTO ARGENTINO

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HDLGC

"ESTO YA ES SENSACIONAL..." por Juan Carlos LUTTER

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CAPITULO XI: "ESTO YA ES SENSACIONAL...¡HAY QUE FESTEJARLO!", por Juan Carlos LUTTERAL. En Adenau, al mediodía del jueves 21 de agosto.

-¡Vamos a almorzar juntos...!¡Hay que festejarlo!
No hizo falta que reiterara la invitación muchas veces. El grupo estaba formado y, en un par de autos, salimos rumbo a Adenau. Por la forma como conduje, reconozco que estaba bastante excitado. No era para menos. Los Torinos del equipo iban primero y tercero! Era sensacional...!Adolfo DONATI, como yo, concesionario Ika-Renault, iba en el otro auto. Al observarlo, me di cuenta que éramos como dos chicos con juguete nuevo...Adolfo gesticulaba, hablaba hasta por los codos, y la sonrisa que lucí­a era como si se la hubieran dibujado con tinta indeleble. ¡Me reí­a a carcajadas, porque a mí­ me pasaba lo mismo! Nos ubicamos en el restaurant y juntamos dos mesas, cosa que allá­ debería hacer como un siglo que no sucedí­a.
-¿Argentinien...?
-Ja...Ja...¡Argentinien...!¡Torino!
Torino...Recuerdo que cuando escuché el nombre por vez primera, pensé en lo mismo que ahora. En la primera vez que leía algo sobre el motor. Fue en una revista en un "Car and Driver", allá por 1962, que leí­ un comentario sobre el nuevo diseño que Willys incorporaba a su lí­nea de producción. El auto, el editor técnico de la revista, hací­a una comparación entre las caracterí­sticas similares que compartía ese nuevo motor con el exitoso 3800 de Jaguar. Entonces pensé: "qué bueno serí­a traer ese motor a la Argentina". Entonces, como no iba a acompañar la "patriada"? Recuerdo cuando me dijeron que lo habí­an elegido a don Pablo MACAGNO, para integrar la Misión Argentina...¡le fui a dar un abrazo! Fue un honor para mí­, que se eligiera a mi jefe de competición...¡Cómo no lo iba a apoyar...!
-¿De veras, Adolfo?-le pregunté a Donati.
-De veras. Me traje como diez metros de cinta argentina. No tuve nunca ninguna duda de que esto serí­a un éxito...Además tengo escarapelas para repartir. Y va a ver como tengo razón y cuando llegue el final estamos allí­, prendidos o ganando...
Lo miro a mi padre. Me sonríe. Nos reí­mos un poco a escondidas.BARRAU y LAMARQUE se despachan contra la mala suerte de Jorge CUPEIRO...
Pienso que nuestra industria es un caso especial, porque el nuestro es un paí­s especial. Nosotros tenemos que ir de adentro hacia afuera, y no al revés. El mercado argentino es selectivo y su potencial absorción, está limitada, no solo por el poder adquisitivo, sino también por el volúmen previsible de su crecimiento que depende, a su vez, del nivel de crecimiento demográfico previsto. No condice ni con nuestra idiosincracia ni con nuestras posibilidades el incorporar diseños de gran cilindrada, de larga y costosa amortización. Muy por el contrario, es en la fineza mecánica donde encontraremos nuestro lugar y nuestro futuro.
-¿Te das cuenta...? El auto está intacto. cero kilómetro! La desesperación de Jorge, era para filmarla...Irí­amos primero, segundo
-¡Y terceros-acoto yo,y me vuelvo a reir, y nos volvemos a reir, y brindamos y nos palmoteamos y los alemanes nos miran, todaví­a con algo de extrañeza y se dicen entre ellos...
-Argentinien...Torino...ja...ja.
Estu sucedió en Adenau, cuando nací­a la tarde del jueves 21 de agosto de 1969.

HDLGC

"Vivíamos así­", por "Cacho" FANGIO y Ed

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CAPITULO XIII: "Vivíamos así", por "Cacho" FANGIO y Eduardo RODRÍGUEZ CANEDO, en el restaurante del Sport Hotel Tribune. Son las 19.00 hs. del dí­a jueves 21 de agosto.

-Che, "Cacho"...¿qué tal se maneja la "banana"?
-Quedó bastante bien. Al principio me parecí­a un poco raro el andar del auto, sobre todo en la recta, pero te acostumbrás enseguida.
-Es que estos mecánicos son unos fenómenos...¿sabés que dijo tu "viejo"...? Que con este grupo de mecánicos era capaz de ir a cualquier lado del mundo.
-...¿lo viste por ahí al "Nene" GARCÏA VEIGA?
-¿Donde querés que esté? ¡Pegado como estampilla en los boxes!Supiste, lo que le dije a Gastón? Le aseguré que el "Nene" habí­a andado proclamando que Gastón doblaba, en el sinuoso ése, antes del "Karusel", con la manija de la puerta arañando el piso.
-Si...hombre...Fijate que Gastón lo agarró al "Nene" y muy serio, le preguntó qué habí­a andado comentando sobre la manera como él doblaba...
-¿Y el "Nene"?
-¡Primero se quedó sin saber que contestar! Después le dijo..."¡Nooo...don Gastón...! ¿Como puede usted creer eso...?
-La verdad es que el flaco, se mandó un flor de tiempo.
-Yo lo dije, "Cacho": traigan un auto que borramos el mito del circuito alemán...
-Algo de razón tenés, pero...¡casi te borrás vos al intentarlo!
-¡Epa, mi viejo! Lo mío no fue para tanto...Mirá que "la banana" sigue corriendo...
-Si...¡después que la hicieron de nuevo!
-¿Lo viste a Galbato de chapista...?
-Mirá Eduardo,la verdad es que hay que tener lo que hace falta para renunciar a su puesto, como hizo Galbato.
-Sí...fue bárbaro...¿No tenés que ir para boxes? ¿A que hora te toca el turno?
-Todaví­a me falta...como cuarenta minutos...
-Bueno oí­me...Andá tranquilo. Todo va fenómeno y con mantener el ritmo alcanza. Mirá que tu "viejo" no te saca el cronómetro de encima...¡Ahí está Zurita! Venga, Zurita...¿quiere tomar algo...?
-...Bueno...un café.
-Dale, chino. Pedilo vos, que sabés alemán...
-¡Pobre de vos! Vas a ver...Esperá...Allí viene el mozo que yo conozco..."cameriere...tre café, per piacere..."
-¡Esa no la sabía...! ¿Ese mozo habla italiano?
-¡Que se yo...! Esta mañana, los del equipo Lancia le pidieron café en italiano y lo trajo...
-¿Como van las cosas, Zurita?
-Al pelo. Todo normal. "Cacho": habría que convencer a FANGIO de que vaya a descansar un poco...Hace cualquier cantidad de horas que está en pie...
-Si...pero...¿quién lo convence? Decile vos Eduardo...
-Guerra es la que nos están haciendo los Lancia...
-¡Y no te olvides del Ford Capri!
-Fangio dice que hay que dejarlos. Que la carrera recién empieza mañana...
-¡Ya pasó la mitad...justo...mitad de carrera!
-¿Qué te parece "chino"...?¿Que dirán en Buenos Aires?
-¡Imaginate...! Yo creo que nadie esperaba una cosa así..."

HDLGC

"¡CONTROLEN EL TIEMPO DE LUIS!", por Oreste BERTA

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CAPITULO XIV: ¡CONTROLEN EL TIEMPO DE LUIS...! por Oreste BERTA, en el circuito de Nürburgring, el viernes 22 de agosto de 1969. Quedaban 34 autos en carrera, sobre 79 anotados.

Llevamos 48 horas en carrera. Sin embargo no tengo la sensación que hubiera pasado tanto tiempo. Quizá se pierda algo, en este tipo de carreras, la noción de medida del esfuerzo. Es posible que al trastocarse todos los horarios, el mismo hecho de vivir dentro del box y dentro de la carrera, origine esta sensación. No estoy cansado. Sin embargo debiera estarlo; o quizá lo esté y no me dé cuenta y sea el clima de todo esto lo que nos permite seguir así, como si hubiéramos comenzado. Lo que me molesta es la garganta y la fiebre. Menos mal que tenemos médico cerca. ¡¡Pescarme un angina!! También...¡nos mojamos más que si hubiéramos ido a hacer sky acuático a Villa Carlos Paz! No me quiero acordar de lo que fue el diluvio del miércoles al mediodía...si nosotros, desde boxes, no veíamos nada...¡me imagino lo que sería desde adentro de los autos y en carrera! Con Fangio nos intercambiábamos miradas... ¡Hasta se inundó el box, y tuvimos que andar rescatando las cosas que navegaban y sacar luego el agua fuera! Recuerdo que Juan dijo "tengo miedo que esta agua nos saque los autos afuera".-
-¿Que tiempo hizo Luis, don Pablo?
-¡Catorce...diez y ocho!-informó MACAGNO.
Ok. Que siga así...¡va al pelo!
-Berta...El Ford Capri está girando en 13'10...
Hay que seguirlos a ver qué hace. Está muy lejos de nuestros autos, pero más vale tenerle el ojo encima. Lo que no me gustó mucho fue la parada de Luisito por ese corte de luces...Pero siguió sin problemas. El auto andaba bastante bien y los pilotos ya están bien acostumbrados. Con los Porsche afuera de carrera...los BMW que quedaron demasiado atrás...la contra está en el equipo Lancia, en los Mazda y ahora...¡el Ford Capri! hay que seguirlo de cerca. Yo no sé...me parece...si no nos pasa nada...
-Controlen el tiempo de Luis...
-Ya tendría que haber pasado. Van...¡catorce...treinta y cinco!De allí en más, cada minuto tuvo la intensidad de valor de sus sesenta segundos. Fueron nueve...Nueve minutos de espera infructuosa. Al cumplirse los 24' del último paso de Luis, supimos entonces, que nos quedaba un solo auto en carrera.-

HDLGC

"¿POR QUÉ NO IBA A LLORAR?", por Luis Rubén DI PAL

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CAPITULO XV: ¿POR QUE NO IBA A LLORAR?, por Luis DI PALMA. En el circuito de Nürbrugring, en la madrugada del 22 de agosto de 1969.-

¡Sí...!Llegué llorando a los boxes y...¿qué hay? ¿Que tiene? ¿Quién puede saber, sino el que lo pasó, lo que significa perder un auto así, a esa altura de la carrera? Todos saben que yo, alguna vez, me he ido afuera. Jamás podré olvidar lo que fue mi primer vuelco...la sensación de perder el control...los tumbos...los ruidos del metal retorciéndose...y finalmente el silencio. Pero ésto...¡esto fue distinto! Peor, mil veces peor. y no por el golpe, que no llegó nunca, ni por los destrozos, que no existieron. Para comprenderme hay que conocer toda una historia y recién entonces sabrán porqué un hombre puede llorar, aunque no le haya pasado nada. Piensen en todo lo que se había conseguido ya, en cuántas pesonas habían comprometido muchas cosas para que existiera la Misión Argentina. Piensen en los primeros resultados, en el largo y cansador trabajo de los mecánicos, que deben pasarse horas y horas al lado de los autos, corrigiendo una cosa, mejorando la otra o remendando lo que los pilotos rompimos... Piensen que un accidente hizo que se descartara un auto, que quedó tirado en un rincón como inservible. Y que otro "fuera de pista", pero, redujo el equipo a solo dos Torinos. Entonces sucedió lo que creo que sólo los argentinos somos capaces de hacer: FANGIO, BERTA y LOBBOSCO, cambiaron ideas, conversaron con MACAGNO y con ZURITA, y decidieron que aquel auto, que se había quedado tirado en un rincón, como inservible, correría las 84 Horas de Nürburgring...¡De los dos hicoeron uno...! Lo llamamos..."la Banana". A todo esto, sabíamos que deberíamos pelear contra el peso de los autos. Mayor peso significa mayor desgaste de frenos y de neumáticos. Entonces yo pensé an la posibilidad de encontrarle un ritmo al circuito, utilizar los frenos lo menos posible, y poca caja para cuidar el embrague, y lograr que el motor no trabajara muy arriba en vueltas. Lo busqué, lo practiqué, me equivoqué algunas veces, acerté otras, hasta que día en la tecla. Traté así de encontrar "el tiempo" como para girar en carrera y al suponer que lo había logrado, pedía que me controlaran. Lo conversé con los otros muchachos, les conté como hacía yo, cómo me había salido, cómo usaba el freno solamente dos veces a lo largo de una vuelta y la segunda velocidad sólo una vez...Piensen un poquito en lo que significó para el grupo de mecánicos "fabricar" "La Banana". Si nosotros casi no lo podíamos creer...¡la cara de los alemanes era impagable! Así fue que largamos la carrera después de todos estos inconvenientes con tres autos. La "Banana", fue la sensación. Para GALBATO, Cacho FANGIO y para mí, que integramos el equipo, antes que GALBATO, cediera su lugar a Gastón, el auto era un sensación...¡pero distinta! Imagínense en mi desazón, cuando de golpe me quedé ciego. Lo peleé. Traté de adivinar la curva. Doblé, pero me había pasado del radio. Hice todo lo que pude, pero me fui afuera. Y no pude regresar al circuito. Tod por el problema de las luces. Y entonces...¡Sí! Llegué llorando a los boxes...¿Entienden ahora porqué un hombre puede llorar, aunque no le haya pasado nada?

HDLGC

"...Y LA ANGUSTIA FUE MI COMPAÑERA", por José T.ON

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CAPITULO XVIII: "...Y LA ANGUSTIA FUE MI COMPAÑERA", por José T. ONETO, al amanecer del día Viernes 22 de Agosto de 1969.-

...Y pienso en la tierra lejana; en todos aquellos que creyeron en la patriada y que ahora quizás estén pegados a los receptores escuchando en las voces radiales de habituales programas locales, el mensaje de este sensacional primer puesto que aún mantiene el auto argentino. Y pasa el tiempo y el Torino no aparece. Van 13 minutos...¡Ahí está...! El bramido lo delata. Los cambios se suceden y la trompa agresiva del auto argentino emerge de la curva;y al pisar sobre la recta del puente, revienta un trueno que resquebraja los cristales del aire. Ya pasó, pero una rumorosidad extraña, desusada, deja en suspenso la alegría. Algo no anda bien. Estoy en el circuito y no hace falta preguntar nada. La pizarra indica al coche nº 3, que debe ingresar a boxes, y observo preparativos e inquietud en la gente argentina. Efectivamente, aquella rumorosidad era anormal. El escape estaba suelto. Pasan unos minutos y aparece el Torino (Copello al volante). Manos ágiles y diestras manejan un alambre como remedio de emergencia para salir del paso. La tarea lleva 2m45s. Lo suficiente para que el auto sea castigado con tres vueltas de descuento y de esa manera deje de ser puntero de la competencia, bandera que mantuvo en alto a través de 57 hs. A partir de ahí­, es el Ford Capri nº 7, el que marcha a la vanguardia. Transcurrió una hora, y "Larry", que relevó a COPELLO, recibe indicaciones para que cambie pastillas de freno y rodado, parte trasera izquierda. 11.45 hs, "Larry" ingresa al parque de reparaciones donde el piloto puede realizar tareas sin penalización alguna. Y "Larry" comienza la suya. Procede con mucha cautela. Desprecia la rapidez en beneficio de la seguridad. Pero nadie nos quita la angustia, porque el reloj es terminante con su marcha inexorable y la aguja va estrechando su margen de tiempo para poder dar la vuelta en los 24 minutos que exige la reglamentación de la carrera."Larry" concluye, se ajusta el cinturón de seguridad y consulta. "¿Cuanto me queda? Respuesta: ¡catorce minutos! No necesitó saber nada más y pisa con fuerza y nervio. Va a jugarse una carta muy difí­cil. Con partida detenida, es casi imposible bajar de 14 minutos. El lo sabe, nosotros también, y lo acompañamos. En esa carta nos jugamos todos
...Estamos viviendo el momento de mayor angustia. Solamente un milagro puede mantenernos en carrera. Diez minutos y diez segundos, insumió la detención. Vuelvo la mirada al cronómetro: 12 minutos han quedado atrás...Pero allá se escucha al Torino, ¡está entrando en la "chicana"! Se acerca, ya está frente al control y tembloroso nuestro pulgar hunde con rabia la perilla. Las agujas se clavan en 13m08s. Y mientras pienso en que existen los milagros, la muchachada argentina, brazos en alto y aplaudiendo, señala a "Larry" que entró en tiempo. Clavar ese tiempo con partida detenida fue increí­ble. Más allá de todo, el problema del escape sigue. la rumorosidad del Torino que crece...



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Pablo
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Mensaje por Pablo »

Este libro debe ser el que más veces leí en mi vida. De todos los capítulos, el de la largada efectiva, contada por Gaston C. Perkins, el de Eduardo J. Copello, el de "Larry", el de Oneto y el de Jim McCloud son los que más me impactaron y emocionaron.

Casi lo escucho a "el gaucho de Alberdi" !Tire toro que va en la punta, tire toro que va primero!!

Pablo.
380W '67.

HDLGC

Mensaje por HDLGC »

Coincido con vos Pablo. Pero, te agregaría un par de capítulos, para mí, muy especiales. Creo que es el próximo (mañana), donde GIACONE, cuenta como cambiaron el escape en menos de diez minutos, y el de "Cacho" FRANCO, llegando a la meta. Un abrazo.

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Cesar Arincoli
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Mensaje por Cesar Arincoli »

Si me permitis Jorge, esto lo vamos a editar y lo vamos a publicar en la pagina principal, para que cuando alguien busque material de la historia del Torino ranquee mejor y este al pie del cañon tu trabajo..
No me canso de felicitarte por tan buen trabajo que estas haciendo, IMPECABLE !!
Muchas gracias
Abrazo
Cesar
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HDLGC

"La Hora más difícil", por Carlos LOBBOSCO.

Mensaje por HDLGC »

CAPITULO XIX: "La Hora más difí­cil", por Carlos LOBBOSCO. Nürburgring, en la zona de boxes, transcurridas 60 horas de carrera. Eran las 13.00 hs del viernes 22 de agosto.

Faltaban 24 horas para terminar la carrera. Nos quedaba un solo auto y ya teníamos la seguridad de tener que parar. La primera sensación es de que a uno se le viene el mundo abajo. La tragedia de un único auto que tenga que pasar por boxes para reparar una pavada mecánica, perdiendo muchos minutos que son otras tantas vueltas menos...te rodea de una impresión desoladora. Entonces vuelve el ánimo, el optimismo y la fé. Y el recuerdo. Desde que Ika-Renault enví­a a BERTA, FANGIO y a mí, a observar esta carrera. Ahí­ nació una profunda fé, en nuestros autos y pilotos. Estuvo la imposibilidad de concurrir como equipo oficial de la fábrica, Habí­a que buscar una forma. Charlamos largo con FANGIO, en su concesionaria de Constitución. Llegamos a un resultado: el nombre de él, podrí­a llegar a unir a una gran cantidad de gente y como una empresa privada, como una misión privada pero con sentido nacional, podríamos hacer exactamente lo mismo. Nuestro objetivo fue, por sobre el problema de marcas: llevar un cachito de tierra argentina a Europa. FANGIO y BORDEU, tuvieron que viajar. Quedé solo, con BERTA. Antes de partir, FANGIO, tuvo una entrevista con LAVAUD, y obtuvo los tres autos y los repuestos que hicieran falta. Fue el punto de partida. Por dos meses, recayó sobre mis hombros toda la responsabilidad del proyecto. Pero tení­amos algo que era como un cheque en blanco: el nombre de FANGIO, porque me habí­a dado libertad absoluta para usarlo y actuar en su representación; me aboqué de lleno al problema de reunir recursos. Mientras en IKA-RENAULT, ingenierí­a de productos trabajó activamente en el problema de los autos, el ingeniero LEEPER y su equipo, en contacto permanente con BERTA, llevaron a cabo un trabajo de excepción.Con FANGIO, vuelto al país, luego de dos meses, anudamos todo lo que podí­a quedar suelto. La Misión Argentina estaba en marcha.Luego vino la reunión para elegir pilotos y bien se puede decir que la lista surgió por unanimidad. No sufrimos ese problema...Es que una elección realizada por FANGIO no da lugar a dudas. Así nos embarcamos en todo esto, y a 24 hs para finalizar, casi se me viene el mundo abajo.Después de esas primeras 60 horas, podí­a explotar el auto en la vuelta siguiente, que a mi juicio estaba todo hecho.
Y el Ford Capri se nos venía encima. Con BERTA pensamos en apurar nuestro auto. Tenía resto, Podí­a girar en algo así­ como 30" menos por vuelta, sin riesgo. Pero aceptando, la total autoridad de FANGIO, lo consultamos: "No, hermano, nos dijo, si quiere agarrar la punta...¡dejálo! Faltan 24 horas pra que termina la carrera". Y yo lo miré, vi en el 5 campeonatos del mundo, y me dije: "...palabra santa". Nos miramos con BERTA y el Torino siguió girando en 14' la vuelta. El Capri tomó la punta, pero sospecho que la extraordinaria intuición automovilística de FANGIO había determinado la dificultad para que ese auto, que hací­a 24 hs venía girando en 13' y aún siguiera intacta a ese ritmo.. ¡¡Y SE QUEDÓ EL CAPRI!! Pero surgió lo del escape, ahora todos í­bamos a estar allí­, en las manos de GIACONE y de DIEZ.

HDLGC

"LO DEL ESCAPE FUE ASÍ...", por Gelmino GIACONE.

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CAPITULO XX: "LO DEL ESCAPE FUE ASÍ...", por Gelmino GIACONE. Nürburgring, viernes 22 de agosto, 17 horas.

-Mirá "Gringo"...hay un problema de escape. Va a ser necesario cambiarlo.
Con estas palabras me abarajó Oreste BERTA cuando llegué a cumplir mi turno a los boxes. Venía yo de descansar 8 horas, porque hací­amos 8 de trabajo y 8 de descanso y, claro...no tení­a mucha idea sobre lo que habí­a pasado. La sorpresa me despertó más rápido que la lluvia, que era muy tupida. Sobre el pucho le pregunté a COMARI qué había sucedido.
-Resulta que hará como una hora paró COPELLO. Traí­a puestos los guantes de amianto, todos sucios. Venía con atraso y nos tení­a preocupados. Nos dijo que se le había caí­do el caño de escape, y que tuvo que parar para colocarlo y tirarse abajo del auto. BERTA, le ordenó que siguiera girando, mientras que con ZURITA, preparábamos una chapa como de unos 30 cm. de largo, que enrollada tuviera el perí­metro del caño de escape. Pensamos que con esa chapa, bien atada con alambre, podrí­amos sujetarlo en su lugar. Pero el caño estaba bastante deformado por los golpes y no enfrentaba bien. Siguió haciendo bastante ruido, aunque creo que el problema que hacen "los de la deportiva" no es tanto por el ruido. Dicen que tienen miedo que se caiga
-Che..."Gringo"...¿que pensás vos?, me dijo BERTA. Antes que pudiera decir nada, BERTA había esbozado su solución. Solo pude agregar detalles. Lo previsto, era lo mejor que se podía hacer: acortar el escape, y utilizar sólo el primer tramo, anulando el segundo, de forma tal que el silenciador quedara colocado al finalizar el primer tramo. Sucede que con las vueltas que pegan los caños por arriba del tren trasero, y sin fosa...¡ni Mandrake hubiera puesto el escape completo en el tiempo que disponíamos! Preparamos todo. El turno lo compartí­amos Pablo MACAGNO, ANDREU, CORDERO, SÁENZ y yo. Fuimos al Torino blanco, que había servido de "muletto" para ver como presentaban los caños. Mientras tanto seguía lloviendo, como si en el cielo todo un barrio jugara al carnaval...Ya en boxes coordiné con Pepe DIEZ, la forma en que lo harí­amos. BERTA nos escuchó y nos hizo algunas sugerencias pero, creo yo, lo hizo mas para que nos contagiáramos de su tranquilidad que por otra cosa. ¡A é no se le moví­a un pelo...! A nosotros, a mí­ al menos...¡no me hubiera bajado ni un trago de agua! Dispusimos las herramientas. Pude ver cómo, arriba de nuestro box, en una terraza que domina la pista, la gente se juntaba. Había mucha expectativa sobre lo que íbamos a hacer y cómo lo haríamos. Oreste BERTA, dió la orden. El pizarrón asomó su mensaje más allá del muro de contención y Eduardo COPELLO hizo señas de haberlo comprendido. Nos quedaban apenas quince minutos, antes que el auto nº 3 se detuviera en boxes, en la zona penalizada. Entonces comenzarí­a a perder una vuelta por cada minuto que Pepe DIEZ y yo tardáramos en cambiar el escape. Por décima vez, repasé las herramientas necesarias. Luego, mentalmente, hice lo mismo con el trabajo. Pepe tal cosa, y tal otra. El gato yo, el capot él, los tubos, las llaves, las juntas. Vos tené yo aflojo. ¡Que ningún otro toque nada o nos penalizan!
-¡Que ningún otro toque nada o nos penalizan-repetí­ en voz alta.-RODRIGUEZ CANEDO y GARCÍA VEIGA estaban mudos. Don Pablo MACAGNO inmóvil. El grito lo pegó CORDERO...
-Ahí­ viene...¡ya entra!
Recuerdo que metí el gato y levanté el auto lo más alto que pude.Me tiré abajo. Tuve que hacerme a un lado, porque el agua que DIEZ tiraba para enfriar el escape caía hirviendo...pero...¡que se yo! eso casi no se siente por los nervios y, en ese momento, lo único que uno piensa es largar rápido el auto. Pepe me tení­a las tuercas y aguantaba los golpes del capot que, con el viento, le cayó tres o cuatro veces en la cabeza. Al salir el último bulón, el caño de escape me cayó en la cara y me quemó un poco. BERTA, cuando recién habí­amos puesto tres de los cuatro bulones, dió orden de largar. FRANCO estaba listo. Apenas las ruedas habí­an tocado el suelo, el motor estuvo en marcha. Miré a mi alrrededor y pregunté:
-¿Cuanto perdimos?
-Nueve minutos y ocho segundos-me contestó el señor MERLO. Recién entonces me di cuenta que argentinos y extranjeros, nos estaban aplaudiendo.

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PD. cada vez que re-leo este capítulo, se me hace un nudo en la garganta, y hasta me emociono. Acá es donde se destaca el trabajo de todo el equipo, incluyendo a los mecánicos. Hoy, estamos acostumbados a ver en una "devaluada" fórmula 1, a los "gomeros", y "despachantes" de combustibles ultra-tecnologizados. En cambio, los muchachos del equipo argentino, dieron cátedra de inventiva, habilidad y sacrificio, para sobreponerse a las dificultades surgidas a partir de la rotura del escape.

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Pablo
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Mensaje por Pablo »

A las sabias palabras de Jorge agrego que a mí también me emociona este capítulo. Aunque tal vez más el de Larry clavando 13.08 con partida detenida después de cambiar pastillas de freno y neumático.

En esa parada, que consumió algo más de 9 minutos y que se "morfó" 10 vueltas no se terminó de arreglar el escape, pues salió con tres bulones. Mientras Gelmino Giacone y Pepe Diez trabajaban en el auto, Berta controlaba el tiempo. Y cuando el tiempo se terminó, dió la orden de partir y uno de los múltiples (eran 2) salió con 1 bulón solamente. Después el auto volvió a parar y lo terminaron de arreglar entre Oreste y Zurita. Ahí perdimos tres vueltas más.

Imaginen la tensión del momento, la presión que metían los comisarios deportivos y los "espías" de los otros equipos, y los aplausos finales de todos, al ver rugir el N° 3 de nuevo en la pista.

Pablo.
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¡QUE EXTRAORDINARIOS PILOTOS SON...!, por James MC CLOUD

Mensaje por HDLGC »

CAPITULO XXIII: ¡QUE EXTRAORDINARIOS PILOTOS SON LOS ARGENTINOS!, por James MC CLOUD, en su domicilio, durante la noche del viernes 23 de agosto de 1969.-

-No hay ninguna duda, muchachos, que el Torino es un gran auto...¡Y qué pilotos extraordinarios son los argentinos!. Yo creo que el TC ha tenido mucho que ver para lograr esta categoría de pilotos, capaces de andar en Nürburgring igual o mejor que los especialistas europeos. Me rodeaban mis hijos, en el living de nuestro hogar, que entre la radio permanentemente encendida, las planillas de clasificación y los cálculos de pronósticos, se habí­a convertido en algo así­ como una lejana pero nerviosa central de operaciones.
-Jimmy...-le dije al más pequeño, de 7 años-creo que es hora de ir a la cama.
Protestó más que siempre, pero le permití­ que se acostara en mi dormitorio, desde donde podí­a escuchar mejor la transmisión.
Kimbell, Marcos Y Kelly, mis otros tres hijos, estaban dispuestos a seguir en pie, y no perder una sola alternativa de la última noche de carrera. Aprovechando las vacaciones, ya que cursan en Estados Unidos, habían venido a Buenos Aires. Kimbell, era el más excitado, ya que tiene un Torino en los Estados Unidos. Nos preparamos para una larga vigilia. No serí­a la primera vez que una hazaña del Torino me tuviera en pie toda la noche. Uno de los protagonistas de aquella primera demostración, estaba en Alemania. Había sido lo del "chasqui Argentino", cuando Miguel Angel BARRAU y Arturo CASTRO ALMEYRA unieron Rí­o Gallegos y San Salvador de Jujuy sin etapas, en menos de 36 horas, con ruta abierta. También allí­, estuve en pie toda la noche. Recuerdo cuando FANGIO, me vino a hablar, y conversamos largo sobre la idea. Analizamos las caracterí­sticas del auto, los tiempos comparativos que conocí­amos de otras marcas en ese circuito, y teniendo en cuenta que eran 84 horas de carrera, y la rigidez y la fuerza de los Torino, entonces pensé que tendrí­amos una buena posibilidad en la Marathon de la Route.
-Oye,Kelly...¿a que tiempo estamos del Mazda, del nº 29...?
-A tres vueltas. Algo así como 42 minutos...
-Si el Torino mantiene ese ritmo, lo vamos a alcanzar...
Podría haber asegurado que el motor no tení­a ningún problema. No sabí­a bien hasta donde había llegado el trabajo que el ingeniero LEEPER, realizara en fábrica, pero sí que la prueba de rutina de esos motores se hace a 5500 RPM, durante 100 horas. Y ahora están girando en la mayor parte del circuito, según dijo Eduardo entre 4400 y 4600 RPM.
Avanzó la hora. Era ya algo así como la medianoche, cuando la radio nos anunció que el Torino nº 3 entraba en la misma vuelta que el Mazda. De allí en adelante, ya estuve seguro de que lo superarí­amos y que, al menos, finalizarí­amos cuartos.
Marcos y Kelly, comenzaron a hacer cálculos para ver si se podía ganar, también, el tercer puesto.
-Si se deciden a buscarlo, es posible!-nos informó Marcos. Pensé en la responsabilidad que era muy grande para FANGIO y para BERTA, teniendo un solo auto en carrera. Pensé también, qué hubiera hecho yo en esa eventualidad. ¿Hubiera ordenado "tirar" al Torino, ir a buscar al Triumph, o quizá...?
Así­ se fue en mi hogar, la última noche en que se disputaba la Marathòn de la Route 1969. En familia, pegados a la radio. Digo sólo una verdad al afirmar que muchas cosas pasaron por mi mente en esa noche. Desde la primera carrera de TC, en San Pedro, hasta los comentarios del hijo de FEISAL, el rey de Arabia Saudita, cuando probó, en los Estados Unidos, el Torino de Kimbell. Así­ pasó la noche, y cuando la mañana fue la nueva compañera de nuestra vigilia, y contamos cada segundo de la última vuelta que Cacho FRANCO y el Torino nº 3 realizaron al circuito de Nürburgring, supimos, entonces, que-lo necesitara o no-el Torino ya tení­a nivel internacional.

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Cesar Arincoli
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Mensaje por Cesar Arincoli »

Dale dale dale pedal a fondo..!!!! Gracias Jorge..!!
Seguimos atentos tu relato
Abrazo
Cesar
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RAUL ANDRES
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Mensaje por RAUL ANDRES »

perdon por agregar unas lineas,pero es que estoy emocionado al borde de las lagrimas.gracias jorge por revivir estos momentos,que mi viejo tuvo la dicha de vivir,sufrir y disfrutar.no encuentro palabras para describir la enorme cantidad de sensaciones que pasan por mi persona.gracias gracias gracias
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Un tornado, un tornado, un tornado...
Un tornado arrasó a mi ciudad y a mí jardín primitivo.

HDLGC

"Y ESE CIRCUITO FUE EL MAS LARGO...", por "Ca

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CAPITULO XXIV: "Y ESE CIRCUITO FUE EL MAS LARGO DE LAS 84 HORAS...¡EL MAS LARGO DEL MUNDO!, por Oscar Mauricio FRANCO, en el circuito de Nürburgring, a las 12.48 horas del sábado 22 de agosto de 1969.-

Había recibido la señal de "NAFTA". Todos los cálculos le otorgaban al auto, autonomía para finalizar la carrera. Sin embargo, la orden era "cubrirse". Nada debía quedar librado al azar, que el azar mismo. En el reaprovisionamiento, intercambié algunas impresiones con Carlos LOBBOSCO, las últimas antes de la finalización de la carrera. Cuando me reintegré al circuito, lo hice velozmente, dentro de la prudencia que las circunstancias aconsejaban. La intención era completar el circuito antes que el reloj marcara las 13.00 horas; de esta forma, cruzando la raya antes de esa hora, tendría oportunidad de completar un giro más, y así llevar al Torino al galardón de haber sido el automóvil que más vueltas reales cumpliera durante las 84 horas. Pasé el control justo, a las 12.58 horas. Faltaban dos minutos. Comenzó, entonces, la que fuera la última vuelta del Torinonº 3 al circuito de Nürburgring. En cuanto ingresé al "circuito grande", cuyo primer tramo pasa por detrás de los boxes y no vi a nadie, no vi gente y supe entonces, que estaban todos aplaudiendo y festejando en la línea de llegada, fue que la pensadora se puso en funciones y el resto del circuito se transformó en el más largo de las 84 horas. En ese Torino y en mí, estaba depositada, en ese instante, toda una esperanza grande. Y yo, prácticamente, iba de regalo en ese auto. Ése no era mi puesto. Le correspondía, por derecho, a Juan Manuel BORDEU...Si yo...hace apenas 4 o 5 años...¡corría en Kart y en Ford T! Y en ese momento tanta gente, allí y en nuestro país, estaba pendiente de ese auto. Y de mí. De esa última vuelta. Me asaltaron mil pensamientos. Pensé en mi Azul, en mi gente. Y en las quemaduras de GIACONE. Y en las noches sin dormir de algunos y en el esfuerzo de todos. Vi a mi esposa y a mis padres, y la cara manchada de grasa de "Larry", y los enrojecidos ojos de COPELLO. Y entonces, sentí que me ahogaba, que las ganas de reir fuerte a carcajadas, hacían fuerza hacia afuera, en la garganta. Y con el dorso de la mano, entonces, enjugué la primera lágrima. Y era la última curva, a la derecha. La que da a la recta principal. Y entonces fue como si todos, todos los integrantes de la Misión Argentina me hablaran, allí en ese momento. Y escuché a mi propia voz...
-¿Porqué...?¿No tengo yo el derecho a llorar...? Y entonces lloré y reí. Me tragó un embudo de gente y vi cintas argentinas caer sobre el auto y a DONATI, repartir escarapelas, y brazos en alto y saltos de júbilo. Y me pareció imposible que ese banderazo, me hubiera caído a mí...¡Nunca lo hubiera podido imaginar...! Y vi a FANGIO ser llevado en andas, y luego a BERTA, y debí proseguir la marcha. El parque cerrado era inflexible, y allí, en el recinto donde el idioma me incomunicaba, tuve que soportar toda esa alegría solo. El vencedor me estrechó la mano y el dolor pareció correr su propia carrera. Las quemaduras que me produjera el escape me hicieron volver a pensar. Di toda una vuelta alrrededor del auto. El auto. Era como un amigo. Un compañero más. Alguien con quién compartí muchas horas, que hacía su trabajo y lo hacía bien, con ganas, como si él, también estuviera orgulloso de ser embajada. Y entonces me día cuenta que no era la primera vez que le hablaba. Sí, le había hablado al Torino nº 3, como si fuera una persona y me entendiera. No una, sino muchas veces. Le había pedido, conversado, rogado y exigido. Fue así que lo palmoteé en un guardabarro, como para llamarle la atención, mientras le dije, a media voz...
-¿Viste...? ¿Viste lo que hicimos? Después recibí el abrazo grande de Juan Manuel FANGIO. Y cuando volví a quedar solo, busqué en mí la forma de llenar la necesidad de dar las gracias. Decir públicamente a todos, que no siento vergüenza de haber lagrimeado como un chico.

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