Un viaje especial.
Publicado: 29 Ene 2013, 20:47
Miércoles 23 de enero de 2013, 15:00 horas. Calor abrazador en Buenos Aires, Los pronósticos hablan de hasta 33º. Nuestro personaje, el hombre de los guantes de cuero quita la funda de su amigo en el garage. Revisa fluidos, conecta el borne de batería e inicia el diálogo con su amigo. Se dirigen ambos a la estación de servicio de siempre. Llenarían el tanque, y el bidón de 20 lts. extra que acostumbra viajar en el baúl.
Cuando se dispone a pagar, siempre mirando a su amigo, nota unas gotitas de agua que caen de la parte delantera. Se sube a su máquina y vuelven al garage. Allí se pone a ver de donde venía la misma. En primer lugar pensó que se trataría del radiador, pero descubre que era de más atrás. Buscando encuentra que la péridda se originaba en la manguera de calefacción, donde acopla a la bomba de agua. Como el motor estaba caliente, lo dejó para el día siguiente, cuando volverían a viajar.
Jueves 24 de enro de 2013, 13:00 horas. Nuestros amigos se vuelven a encontrar en la cochera. El hombre levanta el capot de su amigo, e intenta en vano apretar la abrazadera de la manguera en cuestión. El lugar es muy incómodo y cuesta encontrar la herramienta adecuada para lograrlo. Le da arranque y nota que la pérdida continúa. Ya las gotas de transpiración le cubrían la cara, y el calor bajo un techo de chapa era terrible. Decide sacar la manguera y ahí es donde observa que había una pequeña rajadura en la goma, cercana a la abrazadera. Corta ese tramo, grasa en la manguera, y la vuelve a colocar. También cuesta apretar la abrazadera. No quiso sacar distribuidor u otro elementos para estar más cómodo porque el auto estaba listo para salir a disfrutar de la ruta. Una vez terminada la operación, le da arranque y lo tiene en marcha diez minutos. No pierde. Todo Ok.
Jueves 24 de enro de 2013, 20:30 hs. El hombre de los guantes de cueros, ultima detalles, controla todo el auto por última vez, y se dispone a partir con rumbo al Partido de la Costa. Noche muy cálida en Buenos Aires. Se esperaba de un momento a otro que la tormenta que venía desde Mar del Plata, con rumbo sudeste llegara a la gran ciudad. El hombre imaginó que nuevamente se toparía como el 4 de enero con otro viaje complicado. El Torino que sale del garage, rumbea a la General Paz, que toma en avenida de los Constituyentes. Toma rumbo hacia el sur (Liniers). Tránsito tranquilo típico de una segunda quincena de enero. Ya cae la noche. Toma la autopista rumbo este, para empalmar la Buenos Aires-La Plata. El Torino que va tomando ritmo. Siempre por el carril izquierdo. Ya se nota un fuerte viento del sudeste. Presión de aceite normal, temperatura de agua un poquito elevada por la temperatura ambiente. Temperatura de aceite bien, sin llegar aún a los 80º.
En 45' llega a Hudson, y de allí ya empalma la autovía "Juan Manuel Fangio". Nuestros amigos comienzas a disfrutar a full del medio donde mejor se desenvuelven: la ruta abierta, y para mejor la soledad de la noche. El auto avanza imparable enderezando curvas y curvones. Se siente muy a gusto en los curvones peraltados de la zona del Partido de La Plata. Por un momento el hombre recordó a COPELLO enderezando el "carrousell"...
Superan Atalaya, y la chicana posterior que desemboca en la Shell del "Mc Donald". Vendrá Lezama, Castelli y la parada en la Y.P.F. de Dolores. Hasta allí todo en 2h11' de viaje. Buen promedio.
Brevemente controla fluidos, y se dirige a los surtidores. Una joven empleada que busca denodadamente donde se le cargaba combustible a aquel vehículo tan poco común. El hombre le indica la ubicación de la boca de carga y le indica "Nafta Premium, claro, es un Torino". La chica no entiende mucho. Le agrega tan solo 20 litros.
El encargado de seguridad se acerca a ver el auto, y charla con el hombre, pidiéndole información sobre las llantas traseras. Se despide, calza nuevamente los guantes, mira su reloj, y se apresta a recorrer los últimos 153 kms.
Gira la llave, brama el Torino, pone 1ª y sale de nuevo a la ruta. En poquitos kms. toma el punte que lo deposita en la ruta provincial 63, rumbo a Esquina de Croto. 29 kms. de muy buena ruta, ancha, con un dibujo interesante, y dos "chicanas", como le gusta llamarlas al personaje.
En el paraje "Esquina de Croto", gira a la derecha, rumbo sur, y toma la RP 11. Siempre poco tránsito en todo el recorrido. Pronto vendrá el peaje en el paraje "La Huella". Ya esta en el Partido de Tordillo. Vendrá la bifurcación de la RP 56, y nuestros amigos tomarán los 40 kms. que más disfrutan. Hasta la entrada el otrora pueblo de General Lavalle. Aquí vendrán varios curvones, algunos cerrados, otros amplios, con rectas muy cortas que obligan al conductor a estar despierto, y ponen a la máquina en la obligación de estar presta a la maniobra certera de superación.
Nadie seguía al Torino. ¿El régimen?. Tranquilo y muy cómodo para hombre y máquina: 3200/3400 RPM, como mucho. Nunca exigido. Cuesta explicar qué sienten nuestros personajes al enderezar el camino, en la soledad de la noche, cuando la mayoría de la gente prefiere la luz del día. Quizá la sensación de libertad que propone el campo bonaerense, el desafío del entre-cruce de luces.
Y allá va el Torino. El último curvón previo a Lavalle, propone una pequeña caravana de automovilistas indecisos. Ellos no. Puño apretado sobre el volante, manda el Grand Routier por dentro previa verificación que nadie venía en sentido contrario. Seis autos superados de una maniobra. Pasa Lavalle, se ensancha la ruta. Llega a la rotonda de San Clemente y ya queda poco. Pasará las entradas de varios balnearios y llegará a destino a medianoche.
Allá lo esperaba su familia y algo más...
El hombre llega, se baja del auto, se quita los guantes de cuero que deja sobre el tablero, palmea al auto cual FRANCO hace más de cuatro décadas. 3h30' de disfrute para ambos amigos...
Cuando se dispone a pagar, siempre mirando a su amigo, nota unas gotitas de agua que caen de la parte delantera. Se sube a su máquina y vuelven al garage. Allí se pone a ver de donde venía la misma. En primer lugar pensó que se trataría del radiador, pero descubre que era de más atrás. Buscando encuentra que la péridda se originaba en la manguera de calefacción, donde acopla a la bomba de agua. Como el motor estaba caliente, lo dejó para el día siguiente, cuando volverían a viajar.
Jueves 24 de enro de 2013, 13:00 horas. Nuestros amigos se vuelven a encontrar en la cochera. El hombre levanta el capot de su amigo, e intenta en vano apretar la abrazadera de la manguera en cuestión. El lugar es muy incómodo y cuesta encontrar la herramienta adecuada para lograrlo. Le da arranque y nota que la pérdida continúa. Ya las gotas de transpiración le cubrían la cara, y el calor bajo un techo de chapa era terrible. Decide sacar la manguera y ahí es donde observa que había una pequeña rajadura en la goma, cercana a la abrazadera. Corta ese tramo, grasa en la manguera, y la vuelve a colocar. También cuesta apretar la abrazadera. No quiso sacar distribuidor u otro elementos para estar más cómodo porque el auto estaba listo para salir a disfrutar de la ruta. Una vez terminada la operación, le da arranque y lo tiene en marcha diez minutos. No pierde. Todo Ok.
Jueves 24 de enro de 2013, 20:30 hs. El hombre de los guantes de cueros, ultima detalles, controla todo el auto por última vez, y se dispone a partir con rumbo al Partido de la Costa. Noche muy cálida en Buenos Aires. Se esperaba de un momento a otro que la tormenta que venía desde Mar del Plata, con rumbo sudeste llegara a la gran ciudad. El hombre imaginó que nuevamente se toparía como el 4 de enero con otro viaje complicado. El Torino que sale del garage, rumbea a la General Paz, que toma en avenida de los Constituyentes. Toma rumbo hacia el sur (Liniers). Tránsito tranquilo típico de una segunda quincena de enero. Ya cae la noche. Toma la autopista rumbo este, para empalmar la Buenos Aires-La Plata. El Torino que va tomando ritmo. Siempre por el carril izquierdo. Ya se nota un fuerte viento del sudeste. Presión de aceite normal, temperatura de agua un poquito elevada por la temperatura ambiente. Temperatura de aceite bien, sin llegar aún a los 80º.
En 45' llega a Hudson, y de allí ya empalma la autovía "Juan Manuel Fangio". Nuestros amigos comienzas a disfrutar a full del medio donde mejor se desenvuelven: la ruta abierta, y para mejor la soledad de la noche. El auto avanza imparable enderezando curvas y curvones. Se siente muy a gusto en los curvones peraltados de la zona del Partido de La Plata. Por un momento el hombre recordó a COPELLO enderezando el "carrousell"...
Superan Atalaya, y la chicana posterior que desemboca en la Shell del "Mc Donald". Vendrá Lezama, Castelli y la parada en la Y.P.F. de Dolores. Hasta allí todo en 2h11' de viaje. Buen promedio.
Brevemente controla fluidos, y se dirige a los surtidores. Una joven empleada que busca denodadamente donde se le cargaba combustible a aquel vehículo tan poco común. El hombre le indica la ubicación de la boca de carga y le indica "Nafta Premium, claro, es un Torino". La chica no entiende mucho. Le agrega tan solo 20 litros.
El encargado de seguridad se acerca a ver el auto, y charla con el hombre, pidiéndole información sobre las llantas traseras. Se despide, calza nuevamente los guantes, mira su reloj, y se apresta a recorrer los últimos 153 kms.
Gira la llave, brama el Torino, pone 1ª y sale de nuevo a la ruta. En poquitos kms. toma el punte que lo deposita en la ruta provincial 63, rumbo a Esquina de Croto. 29 kms. de muy buena ruta, ancha, con un dibujo interesante, y dos "chicanas", como le gusta llamarlas al personaje.
En el paraje "Esquina de Croto", gira a la derecha, rumbo sur, y toma la RP 11. Siempre poco tránsito en todo el recorrido. Pronto vendrá el peaje en el paraje "La Huella". Ya esta en el Partido de Tordillo. Vendrá la bifurcación de la RP 56, y nuestros amigos tomarán los 40 kms. que más disfrutan. Hasta la entrada el otrora pueblo de General Lavalle. Aquí vendrán varios curvones, algunos cerrados, otros amplios, con rectas muy cortas que obligan al conductor a estar despierto, y ponen a la máquina en la obligación de estar presta a la maniobra certera de superación.
Nadie seguía al Torino. ¿El régimen?. Tranquilo y muy cómodo para hombre y máquina: 3200/3400 RPM, como mucho. Nunca exigido. Cuesta explicar qué sienten nuestros personajes al enderezar el camino, en la soledad de la noche, cuando la mayoría de la gente prefiere la luz del día. Quizá la sensación de libertad que propone el campo bonaerense, el desafío del entre-cruce de luces.
Y allá va el Torino. El último curvón previo a Lavalle, propone una pequeña caravana de automovilistas indecisos. Ellos no. Puño apretado sobre el volante, manda el Grand Routier por dentro previa verificación que nadie venía en sentido contrario. Seis autos superados de una maniobra. Pasa Lavalle, se ensancha la ruta. Llega a la rotonda de San Clemente y ya queda poco. Pasará las entradas de varios balnearios y llegará a destino a medianoche.
Allá lo esperaba su familia y algo más...
El hombre llega, se baja del auto, se quita los guantes de cuero que deja sobre el tablero, palmea al auto cual FRANCO hace más de cuatro décadas. 3h30' de disfrute para ambos amigos...