Muchas gracias Franco.

El caso de Rolo de Álzaga es interesante, pues siendo joven y habilidoso, sin apremios económicos se hartó del TC de aquella época. Sin renegar de los cambios técnicos y de los avances, se terminó cansando de la nueva forma "de la competición" que era traída por las fábricas.

Para él, el TC era una reunión de amigos. Cuando las fábricas se "metieron" en la competencia y pusieron sus dineros en ella, se terminó la amistad, y empezó el negocio.

Lo lindo de la técnica nueva aportada por las fábricas, también trajo lo malo de que el deporte pase a ser negocio.

Porque como dijo Miguel Ángel Barrau, los kilómetros por hora se pagan.

Pablo.

Y sí. Para él era así porque era el típico "aristócrata" (aunque fuera venido a menos) que corría por "hobby" y no por otra cosa.